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- Tus labios saben a dulces - dijo una vez que terminamos el beso, su mirada ya no era tierna.

- Listo - dijo Fred abriendo la puerta y nosotros nos separamos - ¿Interrumpo algo?

- Es mi turno - dijo George y salimos del baño. Luego de jugar unos minutos más, fui al baño y luego a la habitación de los gemelos. Me senté en su escritorio y me puse a escribir una carta para Draco. En ella puse que estoy en la casa de los Weasley y de paso le escribí algunas sugerencias para tratar bien a Tlink.

- ¿Qué escribes? - preguntó Fred mientras se acostaba en su cama.

- Una carta... Para Draco.

- ¿No se separaron? - George desvió la mirada.

- Si... Solo le digo que trate bien a su elfo doméstico. - dije dándole la carta a Covy, la lechuza de mi papá, para que entregara la carta y se fue volando por la ventana.

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Los siguientes dos días pasaron rápidamente, ya me acostumbraba a los gritos de Molly, ayudaba con las bromas de Fred y George, y hablaba con Ron y Ginny de cosas divertidas. Esta tarde, Molly, Ginny y Ron salieron a hacer las compras. Los gemelos y yo jugábamos a la macha en las praderas llenas de flores, pasar el tiempo con ellos me alegraba la vida y no exagero.

Luego, agarramos algunas flores y en una colina nos pusimos a hacer coronas de flores. Me pidieron ayuda igualmente.

- Parecen reyes - dije una vez que se pusieron las coronas, Fred agarró una rama.

- ¡Nosotros! ¡Fred y George Weasley! ¡Reyes de La Madriguera! - gritó Fred con autoridad, imitando a un magnífico rey.

- Los mejores bromistas - murmuré riendome.

- ¡Los mejores bromistas de todas las épocas! - Fred copió mis palabras - ¡Anunciamos la coronación de T/n T/a! - George agarró mi mano y me puso de pie. Corrió mi cabello atrás de mi oreja y me puso mi corona.

- Es un honor, sus majestades - dije haciendo una reverencia.

- El honor es nuestro, futura reina. - dijo George.

Nos la pasamos jugando. Antes de que anocheciera, nos pusimos a jugar Snap Explosivo en la mesa del comedor, cuando alguien tocó la puerta. George se levantó y fue a atender.

- T/n, un amigo tuyo vino - gritó George ¿Un amigo mio? El único que sabe que estoy en esta casa es Draco. Me acerqué a ellos y cuando lo vi un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

- Hola T/n - dijo Tom Ryddle, mirando a cada rato a George desconfiadamente.

- ¿Que haces aqui? - fue lo primero que se me ocurrió decir.

- ¿Lo conozco? - me preguntó George.

- No, esta bien. Vamos a hablar afuera - avisé saliendo al patio delantero con Tom. George entró.

- ¿Asi es como me saludas? - preguntó frunciendo el ceño.

- Perdón, es solo que no te esperaba aqui ¿Como sabías- me interrumpió.

- Simplemente robé la carta que le hiciste a tu novio.

- No es mi novio...

- Ah - levantó las cejas con expresión atrevida - Entonces estas disponible, ¿No es así?

- ¿Para qué viniste Tom?

- Responde lo que te pregunto - ordenó.

- Si, estoy disponible. Pero no quiero estar en ninguna relación por ahora.

- Lástima - dijo moviendo sus ojos verdes de abajo para arriba. Me causaba cierta preocupación que viniera, agarró mi brazo izquierdo y vio que no tenía la Marca Tenebrosa - ¿Y esto?

- Solo la escondí, sabes que El Señor Tenebroso quiere que sea secreto.

- Eso es una absoluta traición... ¿Por qué tu y tu novio se separaron?

- No quiero hablar de eso.

- Pero yo si quiero.

- Escucha Tom, me encantaría que algún día pienses en los demás. - admito que volver a verlo me gustaba - ¿Entonces por qué viniste?

- Solo quería volver a verte. - dijo acariciando mi mejilla - Y no solo pienso en mi.

La ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora