Nadie en el pueblo iba a poder olvidar nunca aquella mañana cuando en el libro apareció el nombre del pequeño Dylan.
Las campanas resonaron avisando que el libro dorado por fin había registrado otros dos nombres entre sus hojas.
Como ya era costumbre, todos se reunieron delante del edificio de gobierno, donde se resguardaba el enorme libro.Dylan tenía ocho años, era muy temprano y su padre lo llevó cargando porque no tenían con quién dejarlo, era el único hijo del matrimonio Jensen. Cuando la joven pareja escuchó el repicar de las campanas, acudieron rápidamente al lugar. Después de que se reunió la mayor cantidad de gente delante del edificio, el alcalde y la señorita Linden salieron cargando el libro. Lo acomodaron delante del atril con cuidado y ella, una mujer joven de 35 años, se mostró muy nerviosa mientras todos la miraban angustiados.
El pueblo entero conformado de poco más de 500 familias, debía estar al borde del colapso nervioso y no era para menos: dos de ellos habían sido escogidos para casarse inmediatamente.
Se contaba la historia de la bruja Cristabella, una mujer que se enamoró de un hombre por allá de 1853. Sin embargo aunque ambos se amaban, el pueblo no lo permitió porque descubrieron que ella era una bruja. Encolerizada, usó todas sus fuerzas para hechizar a todo el pueblo: creó el libro dorado y los condenó a que aparecerían dos nombres de personas totalmente al azar, que deberían estar juntas o si no terribles acontecimientos le pasarían a todos. Después murió inmediatamente, uniendo su alma al libro que era indestructible. Desde entonces en él aparecían nombres de dos personas y frente a ellos la fecha en la que debían casarse.
Históricamente podía ser cualquiera, viejo o joven, casado o soltero, pobre o rico, incluso del mismo sexo. Lo peor era que no había un intervalo de tiempo, podía aparecer una pareja en un día y al siguiente otra, o podrían pasar décadas para que el libro eligiera a otras personas. Por eso todos estaban a la expectativa de ver quiénes serían los siguientes condenados.Linden era la descendiente de la bruja Cristabella y aunque no tenía ningún poder mágico, era la encargada de leer los nombres cada que aparecían.
La bruja Cristabella tenía una hija cuando murió, una jovencita llamada Balana. Ella al ver que su madre condenó al pueblo, intentó encontrar una manera de deshacer el hechizo pero le fue imposible. Sin embargo logró descifrar las condiciones para que este no pudiera ser un riesgo para la población. Desde entonces se encargó al igual que todos sus descendientes del libro.
Sin embargo Linden no sabía cómo debía comunicar lo que estaba pasando porque era la primera vez que algo así ocurría. Al principio no lo creyó, pero ahí estaban esos dos nombres, unidos y enfrente de ellos se encontraba la fecha.
Con mucha valentía y resignación, se paró frente a la multitud y con voz fuerte, habló:— Issac Cassell y Dylan Jensen— dijo.
Simon Jensen, que abrazaba a su hijo adormilado, lo sujetó con fuerza mientras sentía un vacío en su interior causado por el miedo que le dio lo que escuchó. Becca Jensen se acercó inmediatamente a su esposo y miró a Dylan que dormitaba apoyando la cabeza en el hombro de Simon. No podía creerlo, simplemente no podía. Los murmuros empezaron y las miradas de lástima también dirigidas a los Jensen que se habían quedado sin palabras.
Al otro extremo de la calle, estaba Issac Cassell junto a sus padres y sus hermanos. Cuando escuchó su nombre se quedó inmóvil, mirando confundido a su alrededor. Su madre lo tomó de la mano agitada y nerviosa, mientras su padre tenía una expresión de desagrado y preocupación.
Los comentarios de desaprobación empezaron a llenar el aire. Linden y el alcalde Hoffman intentaron tranquilizar a la gente que gritaba cosas como “Son sólo niños” y “No pueden obligarlos a que eso pase”. Linden les pidió silencio.
— Hay más— dijo ella—. Por primera vez en la historia la fecha que acompaña a los nombres no es la de hoy o mañana. Está fechado para el 4 de Abril dentro de 10 años.
Los murmullos sólo aumentaron más. ¿Cómo era eso posible? Generalmente aparecían los nombres y siempre la fecha era la de ese mismo día. Habían unas cuantas excepciones que se encontraban fechadas unos días o semanas después, incluso hasta un mes, pero en ese caso estaba fechado para diez años después.
— Nos encargaremos de ayudar a las familias afectadas— dijo el alcalde—. Por favor todos los demás pueden retirarse.
Todos se retiraron lentamente, aliviados de no tener que ser ellos o sus familiares los que aparecieron en ese libro maldito. Al menos no por el momento.
Dylan se despertó por todo el escándalo. La gente lo miraba pero no entendía por qué. Quería ir a casa a ver dibujos animados y comer cereal.
Su padre caminó con él en brazos hasta el edificio del alcalde. Ahí estaban los Cassell, mirándolos llegar.Esa fue la primera vez que Dylan conoció a Issac.
Éste último entendía perfectamente lo que estaba pasando porque aunque tenía 16 años, ya le habían contado sobre la maldición que rodeaba al pueblo. Comprendía que habían posibilidades de que su nombre apareciera en el libro, aunque creía que era imposible que le pasara.Los Cassell eran la familia más rica del lugar. Tenían múltiples negocios dentro y fuera del pueblo, su casa era la más grande y se alzaba sobre una colina rodeada de bosques. Eran tan ricos que podrían haberse ido del pueblo a donde quisieran de no ser por la maldición que los obligaba a quedarse pues era imposible saber en qué momento aparecerían los nombres en el libro y si estaban lejos podrían no llegar a tiempo para cumplir con la fecha.
Ya antes le había pasado a una persona que estaba lejos cuando su nombre apareció en el libro. Aunque hizo todo lo que pudo para llegar, se pasó por dos horas. Comenzó una tormenta eléctrica que mató a tres personas y pudieron ser más de no ser porque se casó de inmediato.
Los Cassell no querían arriesgarse a eso y procuraban vivir en el pueblo y no alejarse mucho.Simon bajó a Dylan y le acomodó la pijama con las manos temblorosas. El niño no entendía qué pasaba. Su madre se dio cuenta de eso y se acercó para acomodar un mechón de cabello platinado detrás de su oreja.
— Todo estará bien— le dijo ella con dulzura a Dylan y sostuvo su mano—. Descuida.
Issac se sentía demasiado confundido. Su padre se acercó a él y se paró firmemente a su lado. Eso hizo sentir más tranquilo al joven.
Linden observó a ambas familias y sintió una pena terrible por lo que tendrían que enfrentar. Pero la maldición no tenía excepciones.
— Lamento que se vean envueltos en esto— dijo ella en tono solemne—. Pero así son las cosas. Dentro de diez años, el 4 de Abril, Issac y Dylan celebrarán su boda. Hay que agradecer que no los están obligando a casarse ahora. Porque esto pudo ser peor. Así que no les pido que lo acepten o que les agrade lo que está pasando, les pido toda su cooperación para que esto sea lo más fácil posible para sus hijos. Para que les enseñen a aceptarlo. Porque recuerden lo que pasó la última vez que alguien se negó.
Hacía quince años atrás, una mujer se negó a casarse así que planeó huir el día de la boda con su pareja. Un fuerte incendio apareció de la nada. Cinco personas murieron. La mujer se vio obligada a casarse para detener el incendio pero las cosas nunca fueron las mismas para ella. La gente del lugar la detestaba y la culpaban por la muerte de tanta gente.
— Cuando Issac tenga 26 años y Dylan 18, yo misma seré quien celebre su boda— dijo Linden—. Hasta entonces, ustedes encárguense de que ellos acepten su destino y estén listos para cumplir con su deber.
Issac miró al niño pequeño que estaba sujetando la mano de su madre. No podía creer que se casaría con él algún día y no era el único. Los Cassell y los Jensen comenzaron a expresar abiertamente lo desagradable de la situación. Pero él decidió no escucharlos y se acercó a Dylan en medio de todos los reclamos y lamentaciones de los adultos. Tomó de su bolsillo un caramelo y se lo ofreció a Dylan.
El niño observó que ese joven le estaban dando algo. Lo tomó y le sonrió.
Issac, al ver que no había sido rechazado, también le sonrió.Linden observó eso. Los demás se giraron para ver qué pasaba. Issac y Dylan no parecían tristes o incómodos, posiblemente porque no entendían bien todo lo que pasaría. Pero tanto los Cassell como los Jensen pensaron por primera vez que tal vez eso sí podía funcionar. Que quizá podrían encontrar una forma de que en unos años, ambos chicos lograran su objetivo.
![](https://img.wattpad.com/cover/256627950-288-k124776.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El libro de los amores imposibles
Teen FictionSi tu nombre aparecía en el libro dorado junto al de otra persona, debían casarse o de lo contrario cosas terribles le pasarían a todo el pueblo. Dylan lo sabía, creció toda su vida sabiendo que un día debía casarse con Issac Cassell para salvar a s...