La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y III

Capítulo 64: Autodestrucción

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A veces encuentro parecida la relación de Loki y Lucy con la del Joker y Harley... por eso puse esa canción, además describe perfecto lo que está sintiendo Lucía. Lean hasta el final que hay un anuncio.

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[...]

Estaba intranquilo, Lucía se fue de madrugada con el corazón destrozado y no he parado de preguntarme en ¿dónde estará? ya estaba temiendo lo peor. Comienzo mi búsqueda con mis poderes y la localizo en un lugar "mágico" y sólo hay un lugar así de peculiar en esta ciudad, donde habita un hechicero.

— ¡Lucía! — Digo irrumpiendo en el Santuario de Strange.

— ¿Qué no te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar a algún lugar? — Dice el hechicero detrás de mí, con su característico traje.

— Se que Lucía está aquí, necesito verla...

— Está en aquella habitación. — Me indica una puerta por un pasillo a un costado de la sala. Camino hasta ese pasillo y abro de prisa, me encuentro con la imagen de ella profundamente dormida sobre una antigua cama. — Lucía... — Digo tocando una de sus mejillas, sentándome sobre el colchón.

— No te escucha... está profundamente dormida, le di un sedante. — Murmura el hechicero desde la entrada de la habitación.

— ¿Por qué la sedaste? ¡¿Quién te crees?!

— No me creo, soy Doctor y lo fui por muchos años... y cualquier doctor en mi lugar hubiera hecho lo mismo, la hubieras visto cómo llegó totalmente destruida... Sentí lástima por ella y la hice dormir.

— ¡Necesito explicarle cómo sucedieron las cosas! ¡Ella no es mi hija! ¡Es una sórdida mentira de Amora! — Exclamo aun sosteniendo su mano.

— No tienes que preocuparte por eso, ella ya lo sabe...

— ¿Cómo?

— Ella vino hasta aquí por lo mismo, para aclarar su duda, analicé su ADN y llegué a la conclusión que es 100% humana.

— Gracias ... — Tomo su mano lastimada, tenía un feo esguince producto del puñetazo que me dio en la cara. Quito la venda de su muñeca y con mis poderes curo la hinchazón.

— No, no me des las gracias, sabes perfecto lo que debes hacer...

— ¿A qué te refieres?

— Tienes que alejarte de ella, ya le hiciste el daño suficiente. Los humanos no son juguetes Loki, que puedes reparar o destruir a tu antojo, cuando me enteré qué habías vuelto a la Tierra sabía que alguien saldría lastimado y le tocó a la pobre de Lucy...

— No la compadezcas...

— La compadezco porque sé que es una buena mujer, es la única que viene a visitarme a este solitario lugar, a dejarme libros y hamburguesas, no merece todo este sufrimiento.

— Le prometí a su madre que iba a protegerla.

— A veces esa es la forma de proteger a la persona que amas, alejándote.

Sabía que esto podía suceder, mi silencio de años me estaba pasando factura y era hora de pagar. Si me voy de Midgard ella podrá continuar con su vida y ya no habrán más amenazas que puedan perjudicarla, Amora ya había cumplido su oscura venganza destruyéndonos a ambos en el proceso.

— Está bien me iré... pero antes tengo que hablar con ella.

— Sí, pero dale tiempo, aunque sea unos días.