Capítulo XXXV: Juguete

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Advertencia: Este capítulo puede contener escenas sexualmente explícitas, lenguaje vulgar y violencia. 

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Disfruten.

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[...]

Siento un peso en mi pecho que me hace abrir los ojos, es Tommy recostado sobre mí esperando a que su dueña despierte para su primera comida de la mañana. Le acaricio la barbilla y me levanto hasta la cocina para vaciar una lata de su atún favorito sobre su plato amarillo. Mi teléfono suena sobre la mesa, es un mensaje diciendo: "Te deje unos obsequios, quiero que te pongas ambos para esta noche. Estaré a allí a las 9 pm."

Voy hasta el sillón y efectivamente hay una caja blanca con un listón rojo, la destapo y hay un vestido negro sin espalda, corto muy elegante, seguro se ajustará muy bien a mi cuerpo, Loki tiene buen gusto para escogerme ropa.

También me encuentro una caja roja debajo del vestido, en ella hay un juguete sexual de color rosado. Ahora entiendo a qué se refería con: "quiero que te pongas ambos para esta noche" refería al vestido y al juguete. ¿Pero como demonios iba a ponerme eso? No tenía idea como hacerlo, apenas me estoy iniciando mi sexualidad y él lo sabe, seguro le divierte pensar como estaré metiéndome su juguetito.

Después de ducharme me preparo para recibir a Loki. A las 9 pm en punto tocan a la puerta.

— Ufff te ves esplendida. — Me ve de la cabeza a los pies. — Te cogería ahora mismo pero tenemos una reserva en un restaurant así que vámonos.

— Loki espera ...

— ¿Qué sucede?

— No puede ponerme tu otro obsequio. — Digo agachando la mirada. — ¿Me enseñas?

— Claro que sí. — Cierra la puerta de mi apartamento. — Baja tus calzones y siéntate en el sillón. — Hago lo que dice con susto. — Separa tus piernas.

Loki toma el juguete entre sus manos, se acerca hasta mí arrodillándose para acercar su cara hasta mi sexo. Siento sus dedos deslizándose de arriba abajo por mis labios, los separa para lamerme. Lame la entrada de mi vagina tan exquisito que mis gemidos no se hacen esperar. Sentir como su lengua se hunde entre los pliegues de mi sexo, mientras sus ojos me ven con un reflejo de perversión, provoca que mi intimidad se humedezca cada vez más.

— El sabor de tu vagina es mi favorito. — Muerdo mis labios al escuchar sus palabras sucias. — Antes de introducirlo tiene que lubricarse. — Lame y chupa el juguete rosado con forma de pene.

Mierda. Mierda. Mierda.

Era tan excitante verlo hacer eso.

Loki acerca el juguete hasta la entrada de mi vagina, lo hunde despacio sacándome un gemido, hasta que entra por completo.

— Listo. — Se coloca de pie. — ¿Cómo se siente?

— Extraño. — Me subo mis calzones.

— Te acostumbraras.

— ¿Para qué sirve? ¿Qué hace este juguete?

— Ya lo sabrás.

El Dios de las mentiras y yo salimos de mi apartamento, mientras el conduce intento acomodar mis piernas para poder acostumbrarme a esa sensación extraña. Llegamos a nuestro destino, a un lujoso restaurante donde una señorita nos indica nuestra mesa reservada. Nos entrega el menú de la noche y se retira.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora