Capítulo 49: Lucy en peligro parte 1 de 2

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Advertencia: Este capítulo puede contener escenas violentas y lenguaje vulgar. +18

Fue difícil escribir este capítulo porque fue inevitable no llorar mientras lo escribía.

Miss Loki

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[...]

Después de dejar a Lucy en la tienda voy hasta el cementerio a visitar a una vieja amiga.

— Hola Helena. — Me siento junto a su lápida en el césped. — Sé que desde hace tiempo no venía a visitarte pero aquí estoy. — Dejo una rosa blanca en su tumba. — Desde que ocurrió lo del accidente he tenido la misma pesadilla, pero la que tuve hoy en la mañana fue diferente y mi instinto de hechicero me hace presentir algo que no me gusta. Pero te juro que pasé lo que pase voy a proteger a tu hija de quien sea aunque salga lastimado o pierda mi vida. Te lo debo ...

Una suave brisa roza mi piel sé que es ella diciéndome que me ha escuchado.

[...]

— Loki se llevara una sorpresa al verme llegar tan temprano hoy. — Digo cerrando la caja registradora.

— ¿Tienen planes para hoy?

— Quizás ver una película junto a una copa de vino...

— Ese brillito en tus ojos cuando hablas de Loki te delata.

— ¿De qué hablas Susy?

— Estas enamorada.

— Nooo ni lo digas. — Salimos de la tienda mientras Susy cierra la puerta y bajamos la cortina metálica.

De repente una furgoneta de color negro aparece a toda velocidad, se detiene frente a nosotras y descienden de ella tres hombres con el rostro cubierto. Susy y yo nos espantamos que el temor hasta nos hizo retroceder unos pasos, pero todo fue tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos me sujetan de las brazos llevándome a la fuerza, literalmente arrastrándome por el asfalto. Mientras me llevaban un sinfín de horrores cruzaron por mi cabeza... ¿Quiénes eran estos tipos? ¿Qué quieren de mí? A pesar de que forcejeo con todas mis fuerzas por liberarme no lo consigo, logran meterme en el vehículo mientras Susy ve horrorizada la escena, cierran las puertas y parten a toda velocidad, puede ver como la figura de mi amiga se hace diminuta hasta perderla de vista.

Uno de los tipos me sujeta de ambos brazos y otro coloca una amordaza en mi boca, logró patearlo justo en la entre pierna.

— ¡Maldita zorra!

Eso fue lo último que escuché hasta que mi cara recibe el violento impacto de su puño. Todo me dio vueltas aun preguntándome porque me estaba sucediendo esto a mí... y de pronto todo se oscureció.

Despierto con un horrible dolor de cabeza, quiero abrir los ojos pero mis parpados pesan y me duele todo mi cuerpo, como si hubiese estado en una batalla.

— Hasta que al fin despiertas. — Escucho una voz masculina conocida. Levanto la mirada para ver de quien se trata y su espeluznante mirada hizo que un frío recorriera toda mi columna. — Te dije que nos íbamos a divertir, bienvenida. — Dice con una sonrisa escabrosa en sus en sus labios, como si realmente estuviese disfrutando verme en ese estado.

Intento hablar pero no puedo ya que la amordaza aún permanece en mi boca, muevo mis brazos pero yacen atados de mis muñecas por unas cuerdas atadas al respaldo de mi silla, igual que mis tobillos inmovilizados con cuerdas.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora