Capítulo 105: La transformación de Lucy

512 68 54
                                    

・✾・

Volví a meter el trapeador dentro de la cubeta de repleta de agua, lo estrujé y me dispuse a limpiar el piso de la vieja librería mientras tarareaba la canción que escuchaba de mis audífonos. Ya estaba por terminar cuando la campanilla de la puerta suena avisando que alguien ha entrado.

— Hola John... — Dije quitando mis auriculares de las orejas.

— Hola Lucy ¿cómo estás?

— Aquí como ves trapeando...

— Así veo... ¿y Susy?

— Está allá arriba... ¡Susy baja tu marido está aquí! — Grité para que me escuchara.

— Toma les traje café y pastelitos de crema.

— Eres muy amable... — Recibo la caja y de inmediato la abro. — Tengo mucha hambre, no alcancé a desayunar. — Le doy una mordida a uno de chocolate. — iba ir a comprar algo después de terminar el aseo... por cierto ¿has tenido noticias de Liam?

— Por lo que se está muy bien, con mucho trabajo, pero.... ¿por qué me preguntas a mí? No me digas que siguen enojados.

— Pues las cosas no andan muy bien... creo que pronto tendré que buscar otro departamento para arrendar.

— No tomes decisiones tan precipitadas, al menos espera a que vuelva y hablas con él.

— Supongo que no quiere hablar conmigo, no me he llamado y no he recibido ningún mensaje de él.

— Seguro está muy ocupado.

— Ocupado con la tal Sarah. — Rodé los ojos.

— Liam te quiere Lucy, estoy seguro de eso.

Después de su luna de miel, Susy regresó a trabajar en la librería, ahora ella es la dueña y me ofreció el trabajo nuevamente, y como el dinero no crece en los árboles acepté volver a mi viejo puesto de trabajo.

— ¡Bebéee! — Dice Susy bajando por las escaleras. — Besa y abraza a su esposo, él también le responde muy cariñoso.

— Oigan no cuenten dinero delante de los pobres...

— ¿Por qué no llamas a Liam?

— Lo mismo le estaba diciendo. — John apoya a su esposa, yo me cruzo de brazos.

— Una de las cosas que he aprendido en terapia es que siempre tengo que ponerme a mí misma primero antes que nadie y eso es precisamente lo que estoy haciendo.

— Bueno si tú lo dices...— Dice Susy no muy convencida. — ¿Y tú a que vienes? — Interroga a su marido.

— Venía avisarte que te pasaré a buscar a las 6 para que vayamos a cenar a tu restaurante favorito.

— Eres el mejor marido del mundo.

Vuelven a besarse y a hacerse mimitos, yo ruedo los ojos.

— Lucy ¿te unes a nuestra cena?

— Oh no como creen, no sé tocar el violín no se me da. — John sonríe ante mi respuesta.

— Te hará bien venir con nosotros, además los platillos de ese restaurante son exquisitos.

— No gracias yo paso, aprovecharé la noche para estudiar... pero si pueden hacer algo por mí.

— Lo que quieras hermana.

— Hagan a mi futuro sobrinito esta noche. — Susy me da palmetazo en el brazo que no consigo esquivar.

— ¡Ni sueñes! — Yo solo me río.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora