Capítulo 126: Una amenaza llamada Lucy

494 64 105
                                    

•°✮°•

Me quedé observando las demás esculturas, que decoran armoniosamente la sala. Las flores blancas en cada esquina no pueden faltar, y la inmensa alfombra de hilos dorados y rojos acariciaba mis pies. Pero sin duda alguna el inmenso retrato de la madre de Loki se roba toda la escena, era una reina en toda la extensión de la palabra, su belleza y su elegancia se pueden ver a simple vista en un retrato, no me imagino como hubiera sido conocerla en persona.

Volteo a ver el pasillo que da a la sala porque escucho la caminata de alguien aproximándose, es Jacob frotándose el cabello mojado con una toalla de algodón, muchas gotas se resbalan por su tonificado pecho y abdomen acariciando cada tatuaje, y en la parte inferior descansa un bóxer de color negro apretando esos muslos muy bien trabajados.

¿Qué le dan de comer a los niños para que crezcan así?

¿A quién le importa eso? ¿Ya viste su gran bulto? Se ve prometedor.

¡No digas eso!

— Buenos días, Jake. — Le digo sonriendo al muchacho.

Él se espanta y termina botando una pequeña mesa de madera con una lampara.

— Lu-Lucy... ¿qué- qué haces aquí?

— El señor Odinson me pidió que viniera para ayudarle con algunos pendientes.

— Ah... que sorpresa tenerte aquí. — Sonríe nervioso. — Disculpa mi facha, de verdad no esperaba encontrarme contigo.

Su rostro es de un color rojo intenso.

— No te disculpes, estas en tu casa.

— Espérame, iré a cambiarme y vuelvo. — Al intentar salir vuelve a tropezarse con la mesa de madera.

Intento disimular una risa, llevándome la mano a la boca.

Ay pobrecito, lo traemos bien baboso.

En tiempo récord regresa a la sala, con una camiseta negra sin mangas, y un pantalón deportivo gris.

Vuelve a darme esa sonrisa tan encantadora e inocente.

Para mí es la sonrisa tierna de un niño.

— ¿Tienes sed? ¿quieres beber algo?

— Un jugo está bien. — Se acerca al frigobar y en un vaso de borde dorado me sirve jugo de piña.

— Que mal que el viejo te haya hecho trabajar hoy.

— No te preocupes, solo es revisar un par de informes no es gran cosa.

— Lo bueno es que tengo el privilegio de verte un sábado por la mañana en mi casa.

Awww tan tierno, hay que dejarlo cojo.

— ¿Y tú tan temprano en pie?

— Salí a correr, necesitaba estirar mi cuerpo después de estar ayer todo el día sumergido en la computadora haciendo mi tesis.

— ¿Qué tal te ha ido?

— Bien ya está casi lista, si quieres cuando termine puedes leerla, quisiera tu opinión.

— Por supuesto.

Loki viene a mi encuentro, pero se queda viendo a Jake.

— Viejo... que malvado eres al hacer venir aquí a Lucy un sábado temprano, hay que pagarle este día.

Con la mirada le hago una señal para que me siga la corriente.

— Por supuesto... le recompensaré muy bien este día señorita Lucía.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora