La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y III

Capítulo 50: Lucy en peligro parte 2 de 2

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Advertencia: Este capítulo puede contener violencia y lenguaje soez.

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Después de conducir por las calles iluminadas de la ciudad finalmente llegamos a nuestro destino, parecía un galpón abandonado pero sabemos que están armados listos para disparar a todo aquel que se les cruce. Antonio y yo nos bajamos rápidamente, la reja de alambre estaba abierta de par en par dándonos a entender que nos están esperando y que debemos entrar. No temía por mi vida en absoluto, las balas de las armas de los mortales son rasguños para mi cuerpo de Dios, temía por la vida de Antonio quien se encontraba a mi lado, traía puesto un chaleco anti balas pero aun así estaba arriesgando su vida, pero comprendía que también quiere ver a ese canalla muerto.

Nos desplazamos unos metros a completa oscuridad hasta que alguien enciende una luz al fondo. Hay unos treinta hombres armados y repartidos estratégicamente como ratas para proteger a Jack, quien se encuentra dentro del círculo custodiado por sus hombres, detrás de él en una silla permanece atada con cuerdas, amordazada, mojada y manchada de sangre, su cabello húmedo cubre su rostro como una cortina, está totalmente sin fuerzas, marchita como una flor que acaba de ser aplastada.

— ¡Lucíaaa! — Grito dando unos pasos hacia ella, pero todos me apuntan dispuestos a disparar.

— ¡Hey! Si das un paso más le vuelo los sesos a tu zorra. — Me dice Jack mientras uno de los hombres encapuchados pone el cañón del arma sobre la cien de Lucy, con su dedo listo para jalar del gatillo. — Sé que no eres tan fuerte como tu hermano Thor pero también sé que no hay que subestimarte... ¡Antonio hijo de perra estás con vida! — Se carcajea vilmente dirigiendo sus ojos a mi acompañante.

— Sí estoy con vida maldito cabrón ¿qué creías? ¿que una de tus bombas iba a matarme?

— Lastima ...

— Traje lo que pediste ya suéltala... — Interrumpo.

— Muéstrame el Tesseract.

Alzo mi mano apareciendo el cubo de luz azul en mi palma.

— Es tan hermoso como me lo había descrito... entrégamelo...

— ¡Suelta a Lucía primero!

— Si a la cuenta de tres no tengo el cubo azul en mi mano pintaré la pared con los sesos de tu mujercita. — Dice estirando su mano. — Uno...— Estaba dudando en entregárselo porqué sé que es un desgraciado y no la soltará, pero veo a los hombres de Antonio que lograron entrar al galpón por el fondo. — Dos ...

— Toma... — Dejo el resplandeciente Tesseract sobre su palma. — Un humano no puede controlar el poder de una gema del infinito.

— Si, puede que yo no pueda pero ella sí. — Una sonrisa maligna se forma en su boca.

— ¿Ella?

Mierda.

— Te mentí Loki no pienso liberar a tu perra, le prometí a alguien que la mataría... — Voltea viendo al tipo que sostiene el arma contra la cabeza de Lucy. — Ya ya mátala que estoy cansado y quiero irme a mi casa a comer una pizza. — Dice fríamente mientras coloca el Tesseract en un maletín de metal de alta seguridad.

El sujeto recibe la orden de asesinar a mi chica mortal pero segundos antes una bala atraviesa su cráneo, uno de los hombres de Antonio le dio un certero disparo al verdugo de Lucy. Corro deprisa hasta donde está ella, las balas vuelan y rebotan algunas dando en los muros y otras impactando, perforando los cuerpos de los sujetos de ambas bandas rivales. Los charcos de sangre de los cadáveres que dejaba la balacera se esparcían por el piso, corto con mis cuchillas las cuerdas que estaban incrustadas en sus muñecas y las de sus tobillos, también la amordaza que se encuentra atravesando su boca, la protejo de la lluvia de balas con mi campo de protección mágico que hace que los proyectiles caigan al piso como si fuesen granos de arroz.