La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y III

Capítulo 68: Seis meses

6 meses

La espalda me estaba matando, de vez en cuando tenía mareos, así que Strange me recomendó quedarme en casa por posibles caídas que serían muy peligrosas para el bebé. Pero como soy necia, y terca de todos modos salía a dar una caminata por Central Park, y aprovechaba de leer un buen libro sobre las etapas del embarazo bajo la sombra de un buen árbol, y por supuesto bebiendo un granizado de frambuesa ya que en las tardes de junio hace muchísimo calor.

— "Más o menos a los 6 meses de embarazo, es probable que empieces a notar algunos de estos síntomas. Son completamente normales, aunque es posible que no los presentes todos: Acidez de estomacal, manos y pies hinchados, dolor de espalda, mareos" y sigue... — Sorbeteo el ultimo contenido de mi granizado. — Por Dios bebé, lo que le estás haciendo a tu madre... este libro tiene razón me siento como una rana con retención de gases.

— Sabía que estarías aquí... — Dice el chico rubio sentándose a mi lado. — ¿Qué no tenías permitido andar sola por la calle? Por los mareos digo.

— Bueno ya sabes que soy muy inquieta, además al bebé le hace bien que camine, pero me he sentido bien, solo la espalda me da problemas a veces, y estos pies hinchados.

— Pero te ves bien, tan hermosa como siempre... yo diría que cada día más.

— ¿Le estas coqueteando a una chica con los pies hinchados? Deberías revisar tus gustos Liam. — El ríe con mi pequeña broma y baja la cabeza.

— Toma te traje esto... — Me entrega una pequeña bolsa.

— ¿Otro obsequio más? Todavía no nace y ya estas malcriando a mi bebé, podrías ser el tío perfecto para él...

— De eso quería hablarte...

La conversación toma una atmosfera de seriedad.

— Yo quiero ser el algo más que el tío de tu bebé... pero claro, primero la madre debe aceptarme.

— ¿De qué hablas Liam?

— Quiero ser el padre...

— ¿Qué? Creo que escuche mal... — Dije echando mi cabello hacia atrás, y moviendo el libro como abanico para que me llegue aire.

— Escuchaste bien. — Agarra mi mano rodeándola con su palma. — Yo quiero ser el padre de tu bebé...

— ¡No! — Me levanto del banquillo.

— ¡Si!

— ¡No! ¿te estas escuchando? Me estás diciendo que quieres asumir una responsabilidad enorme, gigantesca, que por cierto no te corresponde, ¿estás loco? ¿estás ebrio?

— Estoy perfecto, totalmente lúcido... sabía que ibas a reaccionar así por eso me tarde en proponértelo. — Se acerca volviendo a tomar mis manos. — Pero quiero hacerlo, te veo muy sola Lucy, necesitas apoyo y tu bebé va a necesitar un padre.

— Entonces lo haces porque nos tienes lastima ¿es eso?

— ¡Nooo! ¡por supuesto que no!

— ¿Entonces?

— Porque te amo... eso es todo.

Suspiro y meneo la cabeza en negativa, sin dejar de verlo a los ojos.

— Es mi culpa... yo deje que te encariñaras con mi bebé, me has apoyado durante todo mi embarazo... — Vuelvo a tomar asiento en la misma banca. — Aun recuerdo cuando tuve antojo de helado de chocolate a las 3 de la mañana y fuimos a buscar una tienda.

— Como olvidarlo te comiste dos litros de helado... al menos dime que lo vas a pensar.

— Liam...