Capítulo 45: Te quiero.

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Capítulo de larga duración más de 3 mil palabras, pero no se acostumbren. 

Disfruten :)

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Quizás está esperando que le responda con la misma frase pero no puedo. Me alejo de ella volteando cubriéndome la cara, luego apoyo mis manos en el bar de madera dándole la espalda.

— ¡¿Cuál es la segunda condición de nuestro acuerdo?! — Alzo la voz.

— No enamorarme de ti.

— ¡¿Y qué fue lo que te dije si llegabas a romper una de las condiciones?!

— Que esto se acabaría.

Con mis poderes mágicos hago estallar los vasos y algunas botellas del bar me era imposible controlar mi enojo. Ella retrocede con miedo, siempre me ha dicho que no soy un monstruo pero lo soy, soy un monstruo incapaz de entender los sentimientos de los demás.

— ¡Me estas obligando a terminar esto Lucía!

— ¡¿Te abro mi corazón y lo único que te importa es el acuerdo?! — Dice con voz lastimera.

¡¿Y qué esperabas?! ¡¿Qué también te dijera que te quiero?! ¡¿Qué quiero casarme contigo y formar una estúpida familia?! ¡Eso no va a pasar! ¡Jamás!

Las lágrimas escurren por su rostro pero no emite ningún sonido solo hay resignación en su mirada.

— ¿Y crees que no lo sé? — Seca su llanto con el dorso de su mano. — Y para tu información no he roto ninguna condición dije que te quería no que te amaba. — Sale a toda prisa de la sala escucho el ruido a lo lejos de una puerta cerrándose de golpe de alguna de las habitaciones de la casa.

Entre el vidrio roto recojo del piso una botella de whisky que milagrosamente no se rompió, me siento en uno de los sillones a beber, esperaba que el alcohol me ayudara a tomar una decisión sensata. Intenté disculparme con ella pero terminé arruinándolo como siempre, sus sentimientos son tan incongruentes con mi frialdad de gigante de hielo. Pero se lo advertí, le dije que no quería esto para ella, que merecía un hombre que la ame, capaz de demostrar sus sentimientos y de proyectarse con ella.

De sólo imaginar que ese hombre puede ser Liam me hierve la sangre, si termino nuestro acuerdo sé que le dejaré el camino libre a ese imbécil y tampoco quiero que se acabe lo que tenemos. Lucía al principio era un capricho que quería satisfacer, nunca antes había tenido sexo con una mortal y la escogí a ella para saciar ese deseo. Pero poco a poco se fue convirtiendo en algo que va más allá, esa complicidad que existe entre nosotros que nunca antes experimenté con nadie, ni siquiera con Sigyn que siempre fue mi mejor amiga desde la infancia. Esto ha ido escalando, podría pedirme una galaxia entera y de alguna forma sé que la conseguiría para ella. Me tiene obsesionado con sus besos, con sus caricias, con su maravilloso cuerpo que sólo quiero que sea para mí.

El reloj marca las 03:05 am me levanto de mi sillón subiendo por las escaleras hasta llegar a la habitación de ella. Ingreso despacio para no despertarla me acuesto a su lado acariciando su cabello castaño hasta que el sueño me vence.

Temprano en la mañana Lucy despierta.

— Loki... ¿qué haces aquí? — Dice sentándose sobre la cama apoyando su espalda en el respaldo acolchado y refregándose los ojos.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora