Capítulo 140: Empoderada

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∙ ~εïз~ ∙

Estaciono mi carro en el primer nivel del estacionamiento subterráneo, aprieto el cuero del manubrio con ambas manos preparándome para otro día de trabajo. Bajo y camino haciendo un sonido con mis tacones por el pavimento, llego hasta el ascensor que me deja en el piso de gerencia. Al bajar veo que la gente va y viene y Loki justo está frente a la recepción firmando unos documentos, luce muy bien vestido con un traje azul marino y una camisa blanca.

Al verme se quitó sus lentes dorados de lectura.

— Buenos días.

— Buenos días. — Le respondí.

— Hoy tenemos que revisar unos informes.

— Puede enviarlos a mi correo y los revisaré.

— Necesito que los revisemos en conjunto.

No dije nada más y caminé hacia mi oficina.

Abrí la puerta y me encontré con un ramo de rosas rojas sobre mi escritorio. Me acerqué y leí la tarjeta: "Necesito que hablemos" firma L.

Dejé mi bolsa colgada en el perchero y volví a recepción, Loki está conversando con Verity.

— Rosemary... — Le dije a la recepcionista. — por favor, puedes llamar al personal de limpieza para que quiten ese arreglo floral que está estorbando en escritorio.

Sé que escucho perfectamente.

— Por supuesto, llamo enseguida. — Dice levantando el teléfono.

Giro y me encuentro con su mirada como si quisiera congelarme.

— Lucy a mi oficina.

— Tengo mucho trabajo.

— ¡Ahora! — Alza la voz y se va.

No tengo mas alternativa que ir tras de él.

— ¿Puedo saber a qué estas jugando? — Me increpa apenas cierro la puerta detrás de mí.

— ¿Te parezco que estoy jugando?

— De verdad quiero que llevemos la fiesta en paz.

— Tu fuiste el que me atacó con ese ramo de flores.

— ¿Regalar flores es un ataque?

— Lo es si vienen de ti. — Me cruzo de brazos.

— No te reconozco.

— Yo tampoco, pero me estoy acostumbrando a esta nueva versión mejorada de mí.

Se acerca a mí y sus ojos se clavan en mi cara.

— ¿Dónde quedó la Lucy que se sonrojaba cuando me tenía cerca? ¿Dónde está esa chica dulce que tenía una sonrisa genuina y hermosa?

— ¿Quieres saber donde está?

— Sí.

— Está tres metros bajo tierra, porque tú la mataste... la mataste de rabia y dolor.

— Por favor no digas eso.

— Pero no te aflijas, ella murió, pero volví a renacer de las cenizas. — Le sonreí.

— No tengo poderes en este momento, pero puedo notar como tu energía demoniaca está aumentando.

— Ahora soy mucho más fuerte de lo que era antes... para convertirme en reina del Helheim y liberar todo mi poder debo pasar por tres pruebas, tres dolores... ya recibí el primero y el poder ha comenzado a liberarse.— Me paseo por la oficina hasta que tomo asiento en uno de los sofás. — cuando reciba las tres espadas seré invencible, de hecho, si quisiera podría volver polvo este edificio ahora mismo. — Cruzo una pierna.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora