Capítulo 151: No dejaré que muera otro inocente

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∘ ◦ Día 7 ◦∘

Estoy en una casa totalmente desconocida, es bastante grande y se ve acogedora. Voy hasta la cocina a preparar un biberón. Cuando termino de hervir el agua la mezclo en la botella junto a la formula láctea, atornillo el gollete con el chupón y dejo la botella de color lila a baño maría en agua fría.

Ni siquiera sé porque lo estoy haciendo, pero automáticamente hago los quehaceres, como si esa fuese realmente mi casa.

Escuché un llanto que proviene desde la sala, tomé el biberón y hice el testeo de las gotas de leche en el dorso de mi mano, ya está más tibia. Camine hasta el centro de la casa y allí está mi hija sollozando dentro de su corralito, se chupa el dedo mientras en la otra manito tiene un peluche de unicornio.

— Mamá está aquí... — Me incliné para alzarla en los brazos.

Me senté en un cómodo sillón de cuero y le di de beber de la mamadera. La pequeña dejó de llorar y se concentró en beber su leche. Sus ojitos esmeraldas que brillan como dos estrellitas, me ven con atención.

Mi corazón de madre palpitó fuerte dentro de mí, sentía que mi vida está totalmente completa al tener a esa bebé entre mis brazos. Cuando termina de comer, la levanté para palmotear su espalda. Después la arrullé entre mis brazos mientras le cantaba una canción.

En eso escucho las voces de unos niños acercándose.

— ¡Mamá! ¡Bal se metió a mi habitación y se comió mis Cheetos! — Me dice una adolescente.

— ¡No es cierto mami! — Dice un niño a mi lado con la boca coloreada de trocitos naranja.

Mentiroso como su padre.

¿Dónde estoy?

Con tus hijos... donde realmente quieres estar.

Me removí en la cama, salí de las sábanas mientras Kaan a mi lado seguía durmiendo. Me acerqué al balcón y noté que todavía no amanece.

— Ese no pudo ser un sueño. — Dije respirando el aire de madrugada.

No lo fue.

¿Qué?

Lograste cambiar de realidad... ya sabes que tus hijos existen en otro universo.

— Bitchin... — Escucho su voz detrás de mí.

El demonio viene descalzo y bostezando solo trae puesto un boxer grisáceo.

— Tuve un sueño, pero creo que realmente no lo fue... logré ver a mis hijos.

— ¿Cuáles hijos?

— Los que existen en otra realidad.

— ¿Quieres ir por ellos?

— No lo sé... mañana le pondré fin a toda esta pesadilla, cuando Amora deje de respirar haré justicia.

Gotas de lluvia comenzaron a caer desde el cielo, humedeció mi ropa y algunas gotas mojaron el cabello del demonio a mi lado, así que decidimos entrar.

— ¿Y qué tal estuvo tu salida con Loki? — Me pregunta mientras le dejo en la encimera una taza de leche caliente frente a él.

— Bien... fue agradable, además todo estaba delicioso, deberías probar los pastelillos de crema de chocolate que traje son una delicia.

— ¿Se volvieron a besar?

— No... — Junto mis cejas. — ¿Por qué la pregunta?

— Por nada. — Dice escondiéndose detrás de la taza.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora