Capítulo 114: Mentira descubierta

531 70 136
                                    

∙ ~εïз~ ∙ 

— Mañana saldré con Susy... ¿tú que harás?

— Tengo una comida, con algunos diseñadores de moda y colegas.

— Supongo que Sarah estará allí...— Liam se torna serio.

— Iré con ella a esa cena.

Un silencio áspero se apoderó de mí.

De todos modos, no tengo derecho a reclamarle nada.

Me besé con Loki.

— En la cena solo se hablarán temas relacionados al trabajo por favor no quiero que...

— Liam... — Interrumpo. — Está bien no tienes que explicarme nada.

— Pero quiero hacerlo.

— No es necesario... no tenemos ningún tipo de compromiso entre los dos, y lo sabes.

— Sé que nuestra relación es en base a amistad y al sexo, pero no quiero hacerte sentir incomoda, si me lo pides yo no voy a esa cena.

— Jamás te pediría una cosa así, se trata de tu trabajo y si tienes que ir con esa bruja por mi está bien.

— ¿Segura?

— Segura.

— Extraño tanto tus abrazos.

— Y yo estar entre tus piernas.

— ¿Por qué siempre tienes que arruinarlo?

— ¿De qué hablas?

— Intento ser romántico contigo, pero no se puede.

— Liam...

— Estoy cansado hablamos mañana.

— ¡Liam!

Colgó y cerró la sesión, ni siquiera me dio tiempo de despedirme de él.

Cerré mi computadora y encendí la televisión para distraerme, me puse a ver una serie de Netflix que no terminó por convencerme.

Ya era pasada la medianoche, cuando escucho el timbre de la puerta.

— Ya voy. — Alcé la voz, pero no paraban de tocar. — ¡Dije que ya voy! ¡Estas no son horas de... — Abrí la puerta.— Loki...

— Lucía...

Estira sus manos hasta tocar mi cara, me acerca hasta su cuerpo dándome un fuerte abrazo. Me quedé estática recibiendo su apretón, mi nariz se embriagó de su olor y mi cara estaba sobre su pecho.

— ¿Te sientes bien?

— Perfecto. — Se tambaleo.

— ¿Estás borracho? — Cerré la puerta.

— No, bueno sí... bebí un par de copas.

— Yo creo que fueron un par de botellas. — Me acerco pasando su brazo por mi espalda. — Pesas demasiado. — Esto sería pan comido en mi modo demoniaco, pero Loki se enteraría y no quiero que lo sepa.

Lo empujo al sillón de la sala, pero me caigo encima de él. Siento sus manos apretando mi cintura, estar montada encima de él puede ser desastroso.

O delicioso.

Hago un movimiento para bajarme de sus piernas, pero él lo impide.

— Puedes quedarte ahí para siempre si gustas, no me quejaré. — Susurra con voz grave y me sonríe.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora