Capítulo 159: Lucy la salvadora

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∙ ~εïз~ ∙ 

Loki está de pie cruzado de brazos, se pasea por el mármol brillante como un león enjaulado. Mi cuerpo está sentado en un sillón que está a un costado del salón del trono, más bien está echado mientras la demonio mueve el pie que tiene en el aire ya que está cruzada de piernas. A ratos se queda viendo a Loki con ojos de deseo, ella nunca desaprovechará la oportunidad para satisfacer sus instintos carnales, ni siquiera cuando estamos en guerra.

— Ya te vi... — Murmuré.

— ¿Cómo puedes verme si estas con los ojos cerrados?

— Te veo con mi tercer ojo.

— Solo admiro el paisaje que tengo en frente... — Sonríe. — ¿ese atuendo de batalla de cuero le asienta muy bien a su figura... ¿no crees? — Dice viéndole descaradamente el trasero a Loki.

Él no se ha dado cuenta porque está dándonos la espalda y a una distancia que no logra escucharnos, se nota que está muy preocupado.

— Estamos en guerra ¿y solo te importa el culo de un Dios?

— No precisamente su culo... más bien lo que tiene por delante.

— ¿Cuánto tiempo se tardará el demonio? — Dice Loki caminando hacia nosotras.

Mi cuerpo astral sigue suspendido en el aire, en estado meditativo con los ojos cerrados.

— Ya no debe tardar. — Le respondo.

— Cada segundo es crucial para salvar a Sigyn y al pueblo.

— Te ves tenso... ¿quieres que te haga un masaje? — Le dice la demonio.

— Oye... — La reprendí.

— Solo quiero ayudarlo a que se relaje.

— Bien ya medité suficiente... cambiemos.

Tomo posesión de mi cuerpo físico y vuelvo a sentir mis pies sobre el suelo, en ese preciso momento se abre un portal, es Kaan con mucha agua en bidones y también en varias bolsas trae vasos plásticos con la cara de Thor.

— ¿No había vasos con la cara de otro Vengador? ¿Tenía que ser Thor?

— Solo quedaban estos, los compre porque estaban en oferta.

— Hubieras traído de Hawkeye por último. — Dice Loki examinando los vasos.

— Bien concentrémonos en hacer la cura... Kaan ayúdame.

— ¿Y yo que hago?

— Ve a la cocina y diles que preparen la sopa.

— ¿Sopa de qué?

— De lo que sea... no importa.

Cada uno se esmeró en realizar las tareas encomendadas por mí. Me concentré en crear la flama sanadora pero la que creaba llegaba a ser del tamaño de mi mano. Todo esto que estoy haciendo es experimental, ya he curado a personas en el pasado como a Loki cuando estuvo a punto de morir a manos de narcotraficantes. También a la madre de Will la sané de un cancer terminal y hasta al mismísimo Will logré suturar su cuello cortado con la misma flama en forma de aguja.

La sopa estuvo lista en media hora, parece sopa de verduras, solo es líquido tal como lo pedí. Lo vertieron en el enorme caldero y me acerqué concentrándome en el objetivo, que es lograr que todos los envenenados se logren salvar. Hay niños inocentes que pueden morir como Leila y su hermanito, y eso no lo puedo permitir.

Junté ambas manos y las extendí, cerré mis ojos y en mi mente solo hay un fin, lograr crear una flama lo bastante grande como para que llegue a cada molécula de la sopa. De mis palmas brotaron dos llamas pequeñas, con toda mi intención logré doblar el tamaño, ya sobresalían de mis manos.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora