Capítulo 147: Resurrección

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— Que emoción... es el primer muerto que resucitamos juntos.

Me dice el demonio muy sonriente como si todo se tratara de un experimento científico de primaria.

— Will... ¿me oyes? — Palpo su rostro.

El muchacho abre los ojos por completo y me ve.

— Lucy...

— Soy yo... que alegría, regresaste.

— Pero... ¿qué sucedió? — Dice sentándose en el sofá.— tengo la memoria nublada.

— Estuviste muerto... por 24 horas. — Le dice Kaan sin ninguna pizca de sutileza.

— ¡¿Muerto?!

— Tranquilo Will... lo importante es que regresaste.

— ¿Cómo es eso de que estuve muerto?

— Hasta estuviste en la morgue en el congelador mortuorio junto a otros cadáveres.

— ¡Kaan! ¡cállate!

— Quiero vomitar... — Me dice Will.

— El baño está allá. — Le indico.

El pobre sale disparado hacia el baño.

— Will... ¿estás bien? — Golpeo la puerta. — Por favor ábreme.

Decido entrar y lo encuentro con el rostro empapado de agua y mirándose en el espejo la cicatriz que tiene en la garganta.

— ¿Qué me sucedió?

— La policía te encontró muerto, ese corte en tu garganta fue la causa de tu fallecimiento... necesito que me digas como fue que sucedió, porque sé que fue Loki.

— No fue él.

— ¿Entonces quién?

— Fue una mujer.

Mierda.

— Yo llegué a mi apartamento de madrugada, aun estaba oscuro cuando la vi frente a mí, dio un paso y la luz de afuera iluminó su cara, entonces me di cuenta de que era una mujer de cabello rubio. Ni siquiera me dio tiempo de hablar, en un segundo ella me cortó el cuello como si se tratara de mantequilla. No entiendo... ¿qué es todo esto? ¿por qué ella quiere matarme?

— Calma Will... no dejaré que vuelva a herirte, sé quién es esa mujer.

— ¿Quién es?

— Mi enemiga, Amora.

Después de explicarle a Will con mas calma lo que sucedió, logré tranquilizarlo. Ya más calmado regresó al baño, pero esta vez para darse una ducha, mientras yo cocino Kaan tiene la mirada sobre mí todo el tiempo.

— ¿Me creció un tercer ojo en la frente que no dejas de mirarme? — Digo sin quitar la vista de la olla.

— ¿Lo amas?

— ¿Qué?

— No te hagas... ¿te estoy preguntando si lo amas?

— No tengo porque responderte...

Volteo y veo que Will está detrás de nosotros.

— Si quieren, regreso después...

— No... por favor siéntate, la cena está lista.

Sirvo la comida en los platillos y los dejo frente a cada uno en la encimera. Todos nos sentamos en los banquillos para comer.

Will al probar el primer bocado, se engulle el resto como si no hubiera comido en mucho tiempo.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora