Capítulo 167: Freya en Midgard

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∙ ~εïз~ ∙ 

Feliz fiesta de Año nuevo.

Deseo que en el 2024 le llegue una Lokiconda a cada una de mis lectoras.

Amén.

Pd: Comenta y vota o no se hace realidad.

∙ ~εïз~ ∙ 

La niña mira el cielo rojizo mientras está recostada en el campo de flores del infierno. La única flor capaz de crecer en esas tierras tan secas y sin vida. Al lado de la niña aparece un pequeño demonio alado, con una pelota de trapo en sus manos.

— Hoy no... no tengo ganas de jugar. — Le dice al demonio con cuernitos.

El demonio hace unos sonidos extraños para cualquiera, pero Freya entiende perfecto lo que la criatura quiere decirle.

— ¿Qué me pasa? no se si decírtelo. — El mini demonio vuelve a emitir otro chirrido. — está bien, confiaré en ti.

La niña suspira.

— Hela no quiere que conozca a mi papá, así que me escaparé. El problema es que no sé como ir a la Tierra. En los libros que me enseña Fenris dice que el Bifrost es el único puente hacia los nueve mundos.

El demonio se queda pensando, hasta que emite otros sonidos.

— ¡¿En serio?! ¡¿Conoces una salida?! — Dice la pequeña incorporándose súbitamente con entusiasmo en sus ojos.

El demonio asiente con su cabecita, mientras vuela en el aire. La niña le sonríe y se levanta del campo de flores.

— Escucha necesito que me lleves a esa salida, te prometo que Hela no lo sabrá. Tampoco Fenris.

La criatura se queda pensando, deja de batir sus alas y coloca sus patas en tierra. Sabe que al ayudar a Freya a escapar está poniendo en riesgo su vida, la Diosa de la Muerte es una reina severa y no perdona las traiciones.

— ¿Puede ser esta noche? Anda di que sí.

Asiente con la cabeza.

— ¡Gracias! — Dice Freya abrazando a la horrenda criatura y dándole un beso en su cabeza.

El mini demonio se sonroja al recibir la muestra de cariño de Freya.

— Será nuestro secreto. Te prometo por mi papi que no le diré a nadie. ¿de acuerdo?

Le enseña el meñique, el demonio lo engancha con el de el sellando el acuerdo.

∙ ~εïз~ ∙ 

El atractivo demonio lee las páginas del contrato previo en completo silencio, a ratos se detiene a mirarme con esos ojos verdes a través de las hojas que tiene entre las manos. Cruzo una pierna esperando a que me diga que es lo que no está dispuesto a soportar. Bebo el contenido de mi vaso y lo dejo en la mesa.

— ¿Y bien?

— Estoy de acuerdo con todo Bitchin, no tengo ninguna objeción.

— ¿Estás seguro? ¿Si leíste bien? Hay agujas, fistulas anales, cinta de embalar...

— Leí bien, me entrego por completo en tus manos. Confío en ti. — Me sonríe.

— En ese caso solo tienes que firmar.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora