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Era otra noche fría, más bien gélida, las hojas de los árboles se estremecían con el viento frío producto de un nevazón. La ciudad de Nueva York estaba completamente bajo un majestuoso manto blanco, muy típico paisaje de diciembre. Sólo quedaban veinte días para navidad, y las calles estaban adornadas muy acordes con la festividad que se aproximaba, todos estaban esa sintonía consumista de escoger los mejores regalos o los artículos de moda o del momento. Mientras todos volvían a sus casas después de un largo día de trabajo, Jake preparaba una cama improvisada con cartones en medio de un callejón oscuro y húmedo, el frío calaba hasta el más diminuto de sus huesos, se sentía como cientos de agujas perforando cada uno. Decidió meterse dentro del contenedor de basura para pasar la noche, prefirió eso que amanecer al otro día congelado igual que muchos indigentes sin hogar que mueren de hipotermia en esta época.
Al día siguiente Jake despertó por los sonidos de su estómago rugiendo, hace tres días que no había probado ni un bocado así que decidió levantarse e ir por algo de comida, fue hasta una pastelería donde botan a la basura pasteles, pan y todo tipo de comida, abrió el contenedor y espantó a las ratas que también luchaban por sobrevivir como él. Saco un pastelillo con crema que tenía un aspecto muy bonito, con esa cereza roja encima, pero la crema estaba totalmente agria por su descomposición, aun así, se lo tragó. Volvió a comer de la basura hasta que se sintió satisfecho. Las ratas también comían junto a él, las observo y dejó que también comieran del "festín" de pronto se sintió igual que ellas, como una rata, todo el mundo ve a las ratas, pero las ignoran o terminan matándolas.
¿Este es mi destino? Pensó el muchacho de mirada azulina pero triste, estaba cansado, harto de vivir de la miseria, ya no soportaba comer otro día más de la mierda que los otros tiran. Por eso camino hasta un barrio bajo de la ciudad, le pidió prestada un arma a uno de los muchachos que conformaban una pandilla, le dijo que se la devolvería junto a unos dólares demás.
Pretende robar la cartera de alguna mujer o la billetera de un algún hombre distraído, pero de ser necesario tendría que emplear el arma de fuego, en esta ciudad de lobos solo sobrevive el más feroz, el que consigue asesinar a su presa para poder devorarla.
Jake pensaba eso mientras veía el cañón del arma, recordó a la mujer que lo trajo a este mundo, una adicta a la heroína que tenía dos niños más, cansado de los maltratos huyó de casa, si es que a eso se le podía llamar casa.
"Me arrepiento de haberte parido."
Fue lo último que escuchó de aquella mujer, porque a ella jamás podría llamarla madre, prefirió quedarse con el extraño que la golpeaba a ella y a sus hijos. Aun así, lamentó dejar a sus hermanos con esa mujer, pero la calle no es un lugar adecuado para unos niños, y él todavía era un niño. La rudeza de la calle lo había transformado en un pequeño delincuente que ha caído muchas veces a la cárcel por delitos menores, la vida lo había empujado a ser quien es hoy, solo vive el día a día para sobrevivir en este mundo.
Un automóvil lujoso de marca BMW color negro capta su atención, un sujeto alto delgado está apoyado en el capó está revisando su IPhone, se ve muy distraído, es el blanco perfecto para robarle, además con el robo de ese automóvil conseguiría muchos dólares vendiéndolo en el mercado negro por partes.
Esperó a que la calle estuviese totalmente solitaria para cruzar sigilosamente, se colocó al lado del sujeto y lo apuntó con el arma justo en la frente a casi un metro de distancia.
— ¡Entrégame el auto! — Exigió el chico de ojos azules. El sujeto que está frente a él que es unos 18 centímetros más alto arrugo el entrecejo incrédulo, incluso volteo para ver detrás de su espalda para confirmar que le estaba hablando a él.
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La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y III
FanficLucy, es una chica neoyorquina que fue rescatada por Loki Laufeyson de un fatal accidente de automóvil, donde perecieron sus padres. Al crecer y cumplir los 25 años debe cancelar la deuda que tiene pendiente con el Dios. Aunque ella desconoce que de...