La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y III

Capítulo 65: La despedida

[...]

Trago saliva y la ceniza en mi cigarrillo comienza a caer al piso. Finjo que no sucedió nada y vuelvo a darle la espalda para retomar mi camino.

—Por favor necesito que hablemos, te prometo que será la última vez que verás mi cara...

Suspiro sin más remedio, regreso quedando frente a él, piso mi cigarrillo y me dispongo a escuchar lo que tenga que decir, tenía que resolver ciertas dudas que están atormentándome.

—Te escucho... pero espero que cumplas tu promesa, porque no quiero verte nunca más en lo que me resta de vida. —Dije sin vacilar, con evidente ira.

—Sé que me odias por haberte ocultado todos estos años la verdad...

—La palabra odio se queda corta con todo lo que siento...

—¿De verdad crees que yo quería asesinar a tus padres? Yo quería a tu madre, sentía un profundo cariño por ella...

—¿Cariño? ¿Sólo era eso?

—¡Si, cariño! ¡Helena era mi amiga!

—Necesito que me expliques como fue que la conociste... si tanto la querías porque terminaste asesinándola.

—Velo por ti misma... —Me extiende su mano. —Quizás no creas en mis palabras por eso es mejor que veas mis propios recuerdos.

Después de dudar termino apretando su mano, puedo ver sus recuerdos como si fuesen visiones, imágenes que inundan mi mente. Loki y mi madre se conocieron aquí en Nueva York, en Central Park, cuando apenas era una adolescente, ella podía ver seres de otros lugares del universo que los humanos comunes y corrientes no pueden. A sus 23 años conoció a mi padre, se enamoró de él y se casaron a pesar de que mis abuelos paternos nunca lo aprobaron, hasta lo desheredaron, ahora entiendo porqué mi abuela era así de distante conmigo.

—Tú curaste la matriz estéril de mi madre... —Murmuro mientras veo la imagen de Loki tocando su vientre con un evidente embarazo. Fue inevitable no llorar porque mi madre sonreía tan feliz.

Después puedo ver el fatídico día del accidente, Loki y Amora se enfrentan a muerte en medio de una carretera, la lluvia clamaba justicia o lloraba por mi pérdida que estaba a punto de ocurrir, sentí un escalofrío cuando uno de los ataques mágicos de Loki que iba dirigido a la Encantadora, volcó uno de los vehículos que transitaba por la carretera, este dio cuatro vueltas en el aire hasta que por fin cayó destruido casi saliéndose del camino. Algo llama la atención del Dios, se acerca a verificar el automóvil, lo primero que ve es a mi padre ya muerto, murió de inmediato en el impacto, luego distingue a mi madre ahogándose en su propia sangre, él intenta salvarla desesperado, pero ya era tarde, Helena le pide que por favor me salve, finalmente muere y es cuando me encuentra en medio de la chatarra doblada.

—No quiero seguir viendo... —Suelto su mano, mi corazón se estruja al ver al cadáver de mi madre en los recuerdos del Dios.

—Eso fue lo que sucedió, no fue intencional.

—Intencional o no de todos modos crecí sin mis padres, ¿tienes alguna idea de lo que es crecer huérfana? No tienes idea de lo que significa no tener una madre, porque tú si tuviste una... una madre que te amó y te acogió como si fueras su hijo, cuidó de ti cuando estabas enfermo, que te leía cuentos antes de dormir, no sabes cuanto he deseado una caricia de ella, un abrazo o un consejo... y no tuve nada de eso por tu culpa. Siempre me dijiste que era especial, pero eso no es cierto, me salvaste solo porque era hija de ella... de tu amada Helena.

—¡Nunca estuve enamorado de ella! —Exclama. —Solo he tenido un amor en mi vida y eres tú... — Se acerca a mi intentando alcanzar mi mano. —Siempre vas a ser tú... eres el amor de mi vida, y cuando toqué el vientre de tu madre te vi, supe en quien te convertirías... por eso me callé todos estos años ¡porque te amo! Y no quería herirte, sabía que iba a perderte y que sería muy doloroso para ti. —Quito su mano de la mía.