Capítulo 152: La segunda espada

393 53 89
                                    

∙ ~εïз~ ∙ 

Frente a mí está Thor con su capa flameante detrás de su espalda y con su colosal hacha apoyada en su hombro. Detrás de él está ella, la hechicera que cambio por completo mi vida, dejándome solo heridas que a pesar de los años no logran sanar.

El polvo a nuestro alrededor comienza a disiparse, Loki con su brazo lastimado se posiciona protegiendo a Sigyn en su campo de protección,

Mi forma astral regresó a mi cuerpo, y volví a tomar posición frente a Thor.

— Te dije que tenía un mal presentimiento. — Me dice Kaan volviendo aparecer a mi diestra.

El demonio tiene razón, de todos no me esperaba que Thor fuese nuestro enemigo.

¿Qué estás diciendo?

— Lucy...

— Thor... quítate, no lo repetiré.

— Todo tiene una explicación Lucy... por favor desiste de tu venganza contra Amora.

— ¿Es una broma? O ¿estás borracho?

— Ojalá fuese un chiste, pero Thor es un traidor. — Me dice Loki. — Eso era lo que quería decirte antes de que todo comenzara... se enamoró de Amora y por eso la está protegiendo.

— No es cierto... él no sería capaz.

— La venganza no te llevará a ningún lado, nada te devolverá a tu hija.

— Entonces, sí es verdad... — Me acerqué a él. — ¿estás de su lado? — Lo vi directo a sus cristalinos ojos.

— Sí Lucy.

Azoté su cara con mi mano.

— Traidor... jamás creí que caerías tan bajo, y todo por estar de caliente con una perra que en cualquier momento te enterrará un puñal en la espalda.

— No es algo pasajero... es amor.

Esa ultima frase me hace gracia y suelto una risa malvada.

— ¿Amor? ¡¿Amor?! ¡¿Sientes amor por esta perra?!

Tengo la sensación de que cientos de descargas eléctricas recorren mi cuerpo, el odio y la decepción hacen que mi corazón se retuerza de dolor dentro de mi pecho.

— De todos podía esperar una traición, ¿pero de ti? Jamás lo hubiese creído... no me estas dejando más alternativas Thor... si no te quitas tendré que atacarte con todas mis fuerzas.

— Entonces ven y atácame.

La energía demoniaca aumenta dentro de mí, el pecho me duele horriblemente pero no me importa. Es como si mi corazón estuviese hecho de lava y me estuviese quemando por dentro.

Mi vista se nubló de esa aura rojiza y se centró en Thor y Amora, que sigue refugiándose detrás de él. El resto del mundo desapareció por completo para mí, mis pensamientos y la poca razón que me queda se oscurecieron hasta desaparecer.

Junté mis manos y las extendí de forma horizontal, ante mi veo una espada de color negro, la empuñé con fuerza y me abalancé contra ellos, sin medir mis fuerzas ni mi poder. Thor me recibió empuñando su hacha y deteniendo el filo de mi arma que brillaba ansiosa de sangre.

No me rendí, seguí atacándolo con mi espada hasta que logro hacerle un corte en la cara al Dios asgardiano.

Ante mi solo veía a dos enemigos que debía eliminar para saciar esta sed de justicia que me ha atormentado por años.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora