Capítulo 135: La historia de príncipe del Helheim

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Me sentía tan cómoda en sus brazos que no quería moverme por nada del mundo, la gigantesca pantalla en frente de nosotros nos mostraba los créditos de la película que acaba de terminar.

— Es tarde, iré a dejarte. — Dice moviéndose y retirando sus brazos de mí.

— ¿Y si te digo que no quiero irme? quiero dormir contigo, en tu cama.

— Si te quedas en mi habitación no vas a dormir.

— Entonces no vamos a dormir.

Dejé caricias en sus mejillas, nuestras bocas se juntaron para danzar nuevamente en un beso profundo, y envuelto en deseo. Sus labios atendían mi cuello hasta mi hombro y su mano se escabulló rápido bajo mi vestido hasta llegar al comienzo de mi muslo.

— Vamos a tu cuarto. — Susurré.

Él asintió viéndome con deseo.

Salimos del cuarto de cine en dirección a la habitación del Dios, bajamos las escaleras hasta el segundo piso, caminábamos por el pasillo, pero Loki detiene su andar, se acerca a mí y me levanta entre sus brazos. Me sentía como una recién casada que va a entrar por primera vez a su lecho nupcial.

— No es necesario que me cargues.

— Quiero hacerlo. — Abre una puerta que tenemos en frente.

Ingresamos hasta la elegante habitación, y me deja recostada sobre esa gran cama, la seda de la colcha acaricio mi espalda. Loki no espera y comienza a desvestirse, observo como su piel desnuda va a apareciendo ante mi vista, estiro mis manos y se deleitan al tocar esos abdominales, termina desabrochando su pantalón y quitando toda la ropa que estorba en su parte baja.

— ¿No vas a enseñarme tu habitación primero?

— Después... ahora me urge darle placer a mi mujer.

— A mí me urge ver esos bonitos ojos debajo de mi ombligo. — Levante mi vestido y recogí mis piernas, me deshice de la prenda de encaje y las abrí.

— Todo lo que mi reina pida. — Comenzó a besar mis tobillos.

Sus labios se contorneaban subiendo por mis pantorrillas, alternándose entre una y otra, hasta que su lengua descanso en mis muslos, sus besos se sentían en mi ingle y en los labios de mi vagina. Mientras intento respirar con ayuda de mi brazo quito mi vestido subiéndolo por abajo hasta mis hombros.

— Loki... mírame. — Le ordeno.

Esos ojos hechiceros y tan seductores me miraron, abrí la boca para gemir y sus lamidas en mi entrada acrecentaron, se levantó de entre mis piernas para besarme en con sus labios empapados de mis fluidos, su sexo húmedo y viril se alojó en mi centro y me embistió con dureza, abracé su cadera con mis piernas para sentir con profundidad todo su tamaño, aguanté el dolor de sus estocadas, pero el placer de tener a un Dios enalteciendo tu vagina me hizo disfrutar y sonreír con los ojos cerrados.

Loki se separa y sostiene mi mano para levantarme.

— Sostente en cuatro.

Subo mis rodillas hasta que quedan contra la cama igual que mis palmas. Sus manos aprietan y masajean mis nalgas, las golpea repetidas veces y su boca sube por mi columna hasta llegar a mi hombro derecho.

— ¿Quieres que sea romántico o un animal?

— Una bestia romántica ¿puedes ser? — Siento que Loki sonríe sobre mi piel.

— Entonces... voy a cogerte duro y sucio, mientras te digo que lo importante que eres para mí.

La punta de su virilidad entra por mi sexo, su tamaño siempre es un reto para mi vagina, mi humedad ayuda a que se deslice exquisitamente hasta el fondo. Lo retira de mí y vuelve a entrar, pero esta vez muy rígido y enérgico, de mi se escapó un quejido sufrido. Me agarró del cabello mientras seguía embistiéndome tan fuerte, que mis brazos apenas podían mantener el equilibrio.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora