Capítulo 95: Friends will be friends

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Me vi por ultima vez en el espejo, tenía el cabello muy largo ya me llegaba hasta el trasero, creo que es hora de cortarlo. Por el momento solo me hice una coleta alta, estiré mi camiseta, y luego me di la vuelta para ver mi trasero en el espejo, no se ve mal con estos jeans ajustados, amarré los cordones de mis zapatillas y escuché que Tommy llorar en la sala. Caminé hasta la cocina, de una de las puertas de del mueble saqué una lata de pellet.

Eché todas mis cosas a mi bolso de cuero, y por último cogí las llaves y el móvil, me despedí de Tommy verbalmente quien se relamía los bigotes saboreando su platillo.

Caminé hasta la entrada y salí cerrando la puerta con mis nuevas llaves, no me había topado con ninguno de los dos asgardianos que viven conmigo en el penthouse, tomé el ascensor de vidrio y salí hasta la recepción donde una chica me dio los buenos días. Al salir del edificio suspiré profundo, estaba de vuelta en esta jungla de humanos, donde cada uno hace lo posible por sobrevivir.

Hice parar un taxi que me llevó hasta la consulta de mi nueva doctora, le pagué al conductor y descendí. En la entrada había una secretaría que me pidió mi identificación, me indicó que tomara asiento que me llamarían en un momento. Al cabo de unos minutos escuché mi nombre por un parlante, abrí la puerta de la oficina. Una mujer de cabello corto negro me recibió, me sorprendió lo joven que es, creo que tiene mí misma edad o quizás hasta sea menor que yo.

— Bienvenida Lucía te estaba esperando, toma asiento.

— Gracias. — Detrás de ella en la pared hay muchos cuadros de sus títulos y cursos aprobados.

— Bien Lucía...

— Puede llamarme Lucy.

— Está bien, Lucy... primero que todo ¿cómo te has sentido estos días?

— Bien supongo...

— La doctora Brown me encomendó tu caso, estoy al tanto.

— ¿De todo mi historial?

— Por supuesto, aunque no es lo mismo leerlo de un papel a escucharlo de tu propia boca... ¿no lo crees? — Suspiré muy hondo.

— Estoy intentando dar vuelta la página, no creo que recordar mi pasado sea una buena idea.

— Necesito oír tu propia versión de la historia. — Se me queda viendo fijamente, traía unas gafas de marco dorado.

— Okey...— Inhale aire. — A los tres años yo debí morir junto a mis padres en un accidente de coche, pero un Dios lo impidió. Crecí, se obsesionó conmigo, me secuestró en su Palacio, escapé, volvimos a encontrarnos y bueno... tuvimos una relación, hasta teníamos planes de casarnos, hasta que me enteré de que asesinó a mis padres, quedé embarazada, una hechicera me asesinó a mí y a mi hijo, luego resucité... — Me aclaré la garganta seca. — en pocas palabras me arruinó la vida, me volví loca y ahora estoy aquí en su consulta.

— Ese fue un resumen muy breve de tu vida... — Toma unas hojas que tiene en el escritorio. — Aquí dice que es el hermano de Thor, por lo tanto, es asgardiano.

— En teoría sí.

— No del todo porque es un gigante de hielo. — Se queda meditando unos segundos. — Ex príncipe de Asgard, aunque tu mencionaste un Palacio... quiere decir que tiene un reino.

— Espere un momento... ¿estamos aquí para hablar de él o de mí? Le recuerdo que yo fui quien salió de la clínica psiquiátrica. — Al parecer le causó gracias ya que sonrió.

— Bueno tienes que entenderme, no todos los días recibo casos donde mi paciente tuvo un romance apasionado con un Dios del espacio. — Se me colorearon las mejillas al escuchar la forma en que lo dijo.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora