Capítulo 118: Hello Kitty

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Ya ha pasado 1 mes desde que entré a trabajar a la compañía Odinson, y que les puedo decir... la relación con Loki ha mejorado bastante. He tratado de evitar el acercamiento innecesario, pero él siempre lo hace mas difícil, con esa fragancia intensa, sus trajes oscuros cuidadosamente arreglados, y esa caballerosidad que es capaz de encantar hasta a una pared.

— Buenos días, la estamos llamado del Banco para recordarle que tiene pendiente de pago el préstamo que solicitó hace algunos meses atrás.

— Buenos días, ahm... sí.

Que me lleve el diablo.

— Necesitamos que nos indique una fecha de pago.

— Esta otra semana cancelaré mi deuda, ¿cuánto es el total?

— Diez mil dólares.

— ¿¡Diez mil dólares!?

— Por la demora en cancelar, los intereses han aumentado.

— Entiendo, cancelaré la próxima semana.

Cuelgo, y exhalo estresada.

— Con que tienes deudas con el banco... — Escucho a mis espaldas.

Volteo y me encuentro con la esplendida figura de Loki apoyado en el umbral de mi oficina. Trae una camisa blanca y un traje oscuro, tiene ambas manos en sus bolsillos, sus rizos mojados me dan a entender que se duchó esta mañana, y su perfume varonil deleitó mi nariz.

— No te oí entrar a mi oficina, es de muy mal gus...

— No te molestes, escuche todo. — Entra cerrando la puerta, camina hasta quedar frente a mí. — ¿Porqué no me habías dicho que tienes deudas?

— Porque son asuntos privados.

— ¿Y qué piensas hacer? — Se sienta en una de las sillas que están frente a mi escritorio.

— Conseguirlo de algún modo.

— Podría darte el dinero si lo necesitas.

— Prefiero pedirle dinero al Diablo antes que a ti.

Loki sostiene mi antebrazo y me atrae hacia él, quedo sentada en su regazo, mi pulso se altera y mi respiración también.

— Loki ya hemos hablado de esto...

— Tengo muy mala memoria. — Acaricia mi cara y baja por mi cuello con sus dedos, junta su nariz a la mía dando suaves roces.

— Loki... — Bajo su mano.

— Te ves estresada.

— Esa llamada me pudrió el día. — Suspiro irritada.

— Escucha... — Posa sus manos en mis mejillas. — déjame ayudarte...

Siempre he pensado que Loki es como una cobra que te atrapa con sus fascinantes ojos y esa seductora sonrisa. O tal vez es al revés, yo soy la serpiente que está completamente atrapada y hechizada con su mirada, y que está dispuesta a danzar o hacer lo que él diga.

— Sabes que tengo mucho dinero para ofrecerte... y súmale a eso, besos, caricias e incontables orgasmos.

— ¿Estás diciendo que quieres ser mi sugar daddy?

— Puede ser, aunque con una sola condición. — Ruedo los ojos. — que dejes al imbécil de Liam.

Me safo del agarre de sus brazos.

— Nunca vas a aceptar que este con él. — Me siento detrás de mi escritorio.

— Nunca.

— Pero yo si tengo que aceptar que estes con Chrystal, Verity y con quien se te atraviese por las piernas.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora