Capítulo 101 : Energía demoniaca

473 60 45
                                    

Holi, volví.

°∘❉∘° 

Toqué mi rostro y me acerqué al espejo, no podía creer lo que estaba viendo, el iris de mis ojos era completamente de un rojo brillante escarlata. Liam detrás de mi toca mis hombros, tampoco entiende lo que me sucede. Estos ojos de este particular color me recordaron los demonios del Hel, aunque ellos tienen el iris rojo y las pupilas amarillas.

De todos modos, sospecho porque me sucedió esto.

Liam y yo regresamos a la cama, rescato mi ropa interior de la pequeña alfombra y la subo por mis piernas, también me pongo mi chaleco rosa. Me acuesto viendo el techo, Liam imita mi gesto, recostándose a mi lado.

— Creo saber porque me cambió el color de los ojos.

— ¿Porqué?

— Recuerdas que te conté que cuando estuve muerta, estuve en el Hel...

— Sí lo recuerdo, hasta me dijiste que conociste a Hela y estuviste en su Palacio.

— Así es, pero eso no es todo... había muchos demonios allí y tuve contacto con uno en particular. Vi a los ojos al demonio de la lujuria. — Liam se lleva una mano a la cara.

— ¿Te habló?

— Dijo mi nombre y me dio las gracias por haber cuidado a su hijo.

— Al menos no fue una amenaza o una maldición, los demonios que pueden hablar son los más poderosos y pertenecen a la nobleza del Hel. ¿Le preguntaste a Hela que consecuencias podrían traerte haber hecho contacto con ese demonio?

— Se lo dije, pero ni siquiera ella siendo reina del Infierno sabía que podría sucederme.

— Podrías ir con tu amigo el hechicero, a ver qué opina.

— Es una opción.

— Volviendo a lo nuestro, lo que sucedió me encantó... — Me sujeta de la mano. — quedé maravillado contigo.

— A mí también me gustó, tienes un pene muy lindo.

— El dice que gracias y que le fascino conocerte. — Ambos reímos.

— Bien, es hora de que me vaya ya está amaneciendo. — Me levanto de la cama.

— Hey...— Me sujeta del brazo. — quédate, sé que no somos pareja, pero ya hemos dormido juntos, solo quiero dormir abrazándote y sentir tu perfume, es todo.

— Está bien, no puedo negarme a una cara tan dulce.

Nos recostamos en la cama, y apagamos las luces, me acomodé en el pecho de Liam, el me dio un beso en la frente y me estrechó entre sus brazos.

A veces me sentía un tanto extraña al estar en los brazos de otro hombre que no fuese él, pero supongo que me acostumbraré a esto.

A la mañana siguiente me desperté muy temprano, Liam se veía tan sexy desnudo y durmiendo que tuve que espantar mis pensamientos impuros, regresé a mi cuarto y aproveché de darme una ducha tibia, me miré en el espejo y mis ojos habían vuelto a ser normales, del mismo color miel que siempre he tenido.

Mi teléfono móvil vibró.

Susy:

Levántate, vamos a desayunar, hay que aprovechar nuestro último día en la playa.

Lucy:

Ya estoy lista, bajo en enseguida.

Salí de mi cuarto y la habitación de Liam permanecía cerrada, quizás sigue durmiendo y no quise despertarlo.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora