Capítulo XXVIII: Estoy lista para ti Loki.

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[...]

La tienda estaba desierta, muy pocos clientes han entrado en lo que va de la tarde, entran sólo a mirar los títulos ven los precios y se van sin comprar. A ratos miraba de reojo el viejo reloj colgado justo encima de uno de los estantes de libros clásicos, pero por más que lo observaba este se negaba a avanzar, era como si el minutero se hubiese quedado estático para acrecentar más mi ansiedad. A las 6 de la tarde el Dios de cabello oscuro y rizado vendría por mí, aún no puedo creer que lo haya convencido de ir a ver una película al cine.

Sin duda Loki ya no es el mismo Dios arrogante que te obliga a arrodillarse ante él, ya cumplimos un mes y medio saliendo y me ha demostrado que también tiene su lado amable, caballero hasta humano. Me agrada esta nueva versión de Loki aunque sé que su psicopatía interna sigue estando allí latente, siento que tengo control sobre él.

Recién eran las cuatro de la tarde pero ya estaba lista para recibir al Dios con un vestido negro sencillo con tiras en mis hombros, con un sutil escote y mis tacones eran del mismo color. Mientras retocaba mi maquillaje frente a un pequeño espejo de mano, suena la campanilla anunciando la entrada de un cliente.

Mierda no puede ser él.

— Hola Lucy tanto tiempo. — Dice con su maravillosa sonrisa.

— Hola Tom... —Digo dejando caer el pequeño espejo en el mostrador.— Ha pasado tiempo no nos vemos desde ...

— Desde aquella fiesta cuando te vi sirviendo champagne ...

— ¡Ah sí de veras! ¿cómo has estado?

— Muy bien gracias. —Se acerca y besa mi mejilla rozando mi hombro con su mano. Siento como se me sube toda la sangre por mis venas hasta mi cabeza haciendo que todo mi rostro se enrojezca. — Te ves hermosa hoy... diferente. —Este hombre quiere que me desmaye o que me dé un colapso.

— Gra...gracias y ¿a qué se debe tu visita? ¿buscas algún libro?

— Eh no... andaba por aquí cerca y pasé a saludarte esa noche no pudimos conversar, te fuiste muy rápido.

— Sí disculpa es que tenía mucho trabajo que hacer. —Me rompiste el corazón ¿qué querías que hiciera? Pensé. — Y ¿cómo va tu trabajo en Brodway? Leí la columna del New York Times felicidades.

— Gracias. —Tom sonríe parece un príncipe sacado del más hermoso cuento de hadas.— En todas las funciones hay mucha gente pero aún no te he visto por allá.

— Ahm... sí es que no he tenido tiempo entre el trabajo aquí en la tienda y mis estudios es difícil poder escaparme. —Se produce un silencio incómodo.— ¡Pero te prometo que iré!

— Bueno te espero entonces, cuídate.

— Adiós Tom.

Quería olvidarme de Tom pero ¿cómo hacerlo si él viene hasta mí?

[...]

La luz de pantalla se refleja en su pálido y precioso rostro que resaltaba en medio de la oscuridad. Sostengo su mano entrelazando nuestros dedos mientras me acurruco en su hombro, cierro los ojos para disfrutar del momento, quería inmortalizar ese instante e imaginar que estamos solos los dos en esa sala sin importarnos nada, ni el presente ni el futuro.

El Dios desvía su intensa mirada desde la pantalla para prestarme la atención que necesito, siento como su mano libre toca mis mejillas desciende por mi cuello con sus largos dedos hasta mi hombro, se detiene ya que hay mucho público. Vuelvo a abrir los ojos para verlo, Loki está fascinando viendo la película con una leve curva en su boca, al parecer le divierte ver asesinatos, sangre y vísceras esparcidas. Yo sigo cautivada observando cada detalle de su cara y me producía mucha tristeza pensar que pronto tendrá que marcharse de mi lado para regresar a ese puto reino.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora