Capítulo 180: Kaan regresa

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∙ ~εïз~ ∙ 

Ya son más de la medianoche y todavía no tengo sueño, me instalo en la sala junto a mi laptop y al cálido fuego de la chimenea, afuera los copos de nieve tiñen de blanco la ciudad. Me sirvo una copa de vino y escribo unas cuantas páginas del libro que espero pronto concluir.

Estoy sumergida en el silencio de la mansión cuando escucho la puerta principal abrirse y unos pasos desplazándose por el mármol.

— Hola... creí que llegarías de madrugada.

— Y yo creí que dormías.

— No tengo sueño y aproveché de escribir, ¿qué tal tu reunión?

— Bien... primero solo charlamos de negocios, después la cena, y bebí un par de tragos.

— Igual pensé que te tomarías la noche.

— Ellos continuaron su velada en un club de señoritas y yo decidí volver a casa.

— ¿Tú rechazando una noche con las cariñosas?

— Sí.

— ¿Tienes calentura? — Digo palpando sus mejillas y su frente.

— Sí, pero por ti. — Dice atrapando mi mano con la suya.

— Loki no empieces...

— ¿Por qué no? — Deja besos en mis manos y sube tentándome por mi brazo hasta llegar a mi hombro.

Trago profundo y entreabro mis labios viendo que su rostro está muy cerca del mío.

— No quiero pensar que me invitaste a vivir en tu casa solo para cogerme y ya.

— Eres la única mujer que he amado, por supuesto que quiero estar contigo... aunque no he olvidado lo que me dijiste esa vez en el Palacio.

— ¿Qué cosa?

— ¿En serio ya lo olvidaste? Pues yo no, esas palabras se repiten en mi cabeza una y otra vez torturándome.

— ya sé a qué te refieres... — Me levanto del sillón y me acerco a la chimenea encendida. — la verdad es que lo dije para alejarte de mí.

— Lo juraste por lo más sagrado que es nuestra hija.

— Si lo juraba por ella sabía que ibas a creerme, era la única forma para que dejaras de molestarme.

— Me mentiste... eso significa que... ¿tú aún me amas?

— No lo sé, han pasado tantas cosas desde que tuvimos la ingenua idea de que tu y yo podíamos tener un futuro juntos.

— Sé que ambos hemos ido por diferentes caminos, y que cada uno ha encontrado consuelo en otros brazos, pero aun así... estoy seguro de que mi amor por ti sigue intacto. Te he amado todos estos años y no importa cuánto tiempo pase seguiré amándote hasta que veas mi cabello blanco.

— Siempre he oído de tu boca decirme que me amas y sin embargo eres quien más me ha hecho daño... — Dejo de mirar la chimenea. — esta conversación no viene al caso, me iré a la cama.

Camino hasta las escaleras y subo un par de escalones.

— En el fondo sabes que mis sentimientos son verdaderos.

Dice caminando a mi encuentro.

No me da tiempo para reaccionar y cuando vuelvo a abrir los ojos fue para recobrar el aliento después de un cálido beso. Volvió arremeter con su boca sedienta por beber de mi piel, acortó camino bajando por mi cuello hasta llegar a mi escote, levantó la vista y me sostuvo en sus brazos para llevarme hasta la segunda ala de la mansión. Todavía cargándome abrió la puerta de su cuarto con ayuda de magia, cuando entramos esta volvió a cerrarse mágicamente. Me dejó recostada en su cama, mientras mis ojos se deleitan viendo como se quita la ropa para mí. Se desabrocha el pantalón y baja el cierre.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora