°•❀•°
Camino bebiendo mi té helado desde una bombilla de papel, un viento cálido acarició mi cara y mis piernas levantando levemente mi vestido, presté atención a los escaparates perfectamente decorados para captar la vista de los transeúntes. Con curiosidad observé los vestidos en los maniquí y las costosas carteras que colgaban de sus plásticas manos, unos pasos más allá me encontré con la vitrina de una librería, lo primero que destacaba era un letrero con la portada de mi libro y un lienzo en rojo que dice: "Agotado", entré a la tienda solo para confirmar.
— Buenas tardes.
— Buenas tardes.
— ¿De verdad se agotaron todos los ejemplares?
— Sí, creo que llegaran más copias la próxima semana, pero no es seguro.
— ¿Porqué?
— Porque la editorial solo imprimió un stock limitado, y debido al éxito ya se agotaron.
Mordí mis labios sonriendo.
Cuando salí de la tienda le marqué a Susy.
— Hola Susy.
— Hola olvidona, ¿ahora te acuerdas de que tienes amiga?
— Es que he estado ocupada, el trabajo y...
— Una verga...
— Sí una verga...
— Por tu voz creo saber a quién pertenece esa verga.
— ¿Tienes tiempo?
— Para ti siempre, estoy en casa con los niños, este fin de semana es mi turno de cuidarlos.
Entonces en una hora estoy allá.
En una hora ya me encontraba en la entrada de la casa de Susy, toqué el timbre y ella me recibió con Daisy entre sus brazos.
— Hola amiga, subiré a acostar a Daisy, puedes ir a ver a Dylan, me preocupa que esté tan callado.
— Por supuesto ve, yo iré a ver a Dylan.
Susy sube por las escaleras hasta que la pierdo de vista, me adentro en la casa buscando al niño, me lo encuentro en pasillo que da a la cocina, dibujando una casita en la pared con un labial rojo que debe ser de Susy, todo el maquillaje está desparramado en el piso, sobre todo una base de maquillaje que está siendo absorbida por una alfombra.
— ¡Tía Lucy! — Se acerca a abrazarme con sus manitos embetunadas de maquillaje mientras yo le hago el quite. — Le hice un dibujo a mi mami.
Por eso nunca tendremos hijos.
En estos casos no sé qué es lo que se debe hacer.
— ¡Dylan! — Susy grita detrás de nosotros, ambos nos sobresaltamos. — ¡¿Qué te dije de dibujar en las paredes?!
El pequeño se asusta y corre a esconderse.
— Susy cálmate, solo es una pared, además el dibujo lo hizo para ti.
— ¡Mi maquillaje! — Dice Susy recogiendo los restos. — No sé qué hacer con ese niño... ¡todos los días hace una travesura nueva!
— Está en la edad de hacer travesuras, iré a buscarlo para darle un baño.
Me encontré al pequeño debajo de la mesa, con voz amable y tierna y le dije que saliera que no tiene por qué esconderse, me hizo caso y lo llevé hasta la bañera, le di un baño de burbujas y jugamos con sus patitos de hule de diferentes colores, después del baño lo vestí con ropa cómoda y comenzó a bostezar. El baño caliente lo relajó, así que lo cubrí con su manta preferida hasta que se quedó dormido escuchando un cuento.
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La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y III
Fiksi PenggemarLucy, es una chica neoyorquina que fue rescatada por Loki Laufeyson de un fatal accidente de automóvil, donde perecieron sus padres. Al crecer y cumplir los 25 años debe cancelar la deuda que tiene pendiente con el Dios. Aunque ella desconoce que de...