Capítulo 110: Mi ex, mi jefe.

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°•❀ En este capítulo volvemos al Prólogo ❀•°

∙ ~εïз~ ∙ 

Dejo mi taza de café casi llena sobre la encimera, voy hasta al baño a lavarme los dientes. Me observo en el espejo de mi cuarto, y me aplico labial. Me coloco un blazer negro abrochando los botones, aplico unas gotas de perfume en mi cuello y cepillo otra vez mi cabello.

Mi celular vibra.

Susy: Llegamos estamos esperándote.

Lucy: Bajo enseguida.

Vuelvo a la sala en busca de mi bolsa, echo mi celular y tomo las llaves. Cierro la puerta y bajo por el ascensor. A la salida del edificio está el automóvil de Susy y John esperándome.

— Hola, chicos.

— Wow te ves muy guapa. — Dice Susy.

— Como toda una mujer de negocios. — Añade su esposo, arrancando el vehículo.

— Eso espero.

— ¿Cómo que eso espero? Tienes que mentalizarte Lucy... anda repite, "soy una perra exitosa y voy a conseguir ese trabajo".

— ¿Es necesario?

— Es muy necesario, ¡anda dilo!

— Soy una perra exitosa y voy a conseguir ese trabajo.

— ¡Con más ganas!

— ¡Soy una perra exitosa y voy a conseguir ese trabajo!

— ¡Eso es bitch! — Susy y yo chocamos los puños.

— ¿Oye cómo sigue Dylan?

— Bien, el corte que se hizo en la cabeza está cicatrizando.

— Que alivio.

Afortunadamente el tráfico en la ciudad fue más expedito que otras veces. Estaba muy nerviosa y no entendía el porqué, solo es una entrevista de trabajo. Como si mi intuición me estuviese avisando que mi vida, volverá a dar un giro.

— Bien llegamos. — Dice John estacionándose. — Se ve muy lujoso este lugar, deben pagar bien. — Buena suerte Lu. — Dice chocando puños conmigo.

— La necesitaré.

— Éxito zorra, sé que lo conseguirás. — Dice Susy.

— Gracias chicos por traerme, adiós. — Abro la puerta y me bajo del carro.

— Nos estamos hablando. — Dice Susy.

Dejo atrás el carro de mis amigos dirigiéndome a la entrada del edificio. En el vestíbulo central muchas personas van y vienen todos con vestimenta muy formal, al parecer van a sus oficinas. Me acerqué al mesón principal donde hay tres recepcionistas, una chica rubia me atiende.

— Buenos días, ¿en qué la puedo ayudar?

— Vengo a una entrevista de trabajo. — Le entrego un documento.

— Déjeme verificar en mi base de datos. — La chica se toma unos segundos.

— ¿Señorita Lucía Walker?

— Sí soy yo.

— Necesito su identificación. — Busco en mi bolso y se la entrego, ella vuelve a teclear en su computadora.

— Muy bien, la están esperando. Primero debe pasar por el detector de metales y luego diríjase al piso 101 de gerencia, ya notifiqué su registro.

— Gracias.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora