Capítulo 44: Batalla entre asgardianos.

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[...]

Después del berrinche de Loki no he vuelto a tener noticias de él. Han pasado tres días pero mejor así, decidí que si quiere conversar y arreglar nuestro mal entendido él tendrá que buscarme. Él está acostumbrado a ser un príncipe y un rey mimado, le gusta que lo consientan en todo y si las cosas no son como él las desea prefiere ver el mundo arder que solucionarlas de una forma más sensata.

Liam es un chico atento, guapo, amable pero sólo somos amigos, sé que le cuesta trabajo entender eso al Dios del Engaño ¿cómo hacerle entender qué solo lo deseo a él? que sólo entre sus brazos puedo tocar el cielo...no necesito otro hombre, sólo lo necesito a él.

Abro la puerta para ver quien golpea.

— Liam hola. — Creo que dejarlo pasar sería una mala idea.

— Hola Lucy ¿puedo pasar? — Me pide el chico asgardiano que vestía muy elegante con una camisa azul oscura muy ceñida y unos pantalones grises.

— Adelante pasa. — No me queda más opción. — Liam no quiero ser grosera contigo ni descortés pero si Loki te ve aquí va a enloquecer de celos.

— ¿Loki? ¿Regresó?

— Sí hace unos días. — Me siento frente a él en el sillón. — Y tuve la mala idea de contarle que me besaste.

— Supongo que no le gustó saberlo.

— Se molestó, desde entonces no he vuelto a saber de él.

— Bien... por mí puede encontrarme aquí o donde sea no le tengo miedo a diferencia de ti Lucy.

¿Miedo? Me preguntaba si eso era lo que sentía por Loki, el temor de verlo enfurecido. Pero no, no es esa la razón, muchas veces antes desafié al Dios cuando estuve en su Palacio jamás cedí a sus caprichos.

Sí tal vez sea miedo, pero es miedo a perderlo.

— Liam es mejor que te vayas. — Ambos nos ponemos de pie. — Por favor no me veas como una opción porque no lo soy.

— Lucy no eres una opción para mí. — Me sujeta de ambas manos. — Tú eres la única persona que me interesa. — Me observa con un destello especial en sus pupilas. — Pero para Loki si eres una opción porque él tiene muchas y lo sabes.

Las palabras de Liam siempre me hacen dudar, porque en cada palabra no hay una gota de ironía ni de sarcasmo solo hay verdad, una fría verdad que a veces me cuesta aceptar.

— ¡¿Qué no escuchaste a Lucy?! ¡Dijo que te vayas! — Loki aparece detrás de nosotros alzando la voz y materializando su imagen.

— Loki... — Digo quitando mis manos de las palmas de Liam.

Mi garganta se seca, el estómago se me aprieta y en mi cabeza solo temo un desastre que está a punto de suceder.

— Con que regresaste... — Dice Liam girando su cuerpo para ver al Dios. — Ojalá no hubieras vuelto.

— Eso te encantaría ¿verdad? Para que te deje el camino libre... — El Dios mete su mano a uno de sus bolsillos. — Pero no voy darte esa satisfacción jamás. — Empuña una de sus dagas y la apunta hacia Liam.

— ¡Loki no! — Exclamo exaltada, me acerco a él sin importarme que tiene una de sus filosas dagas en la mano lista para usarla. — Por favor no es necesario pelear. — Suplico viéndolo a los ojos sujetando su brazo.

— Apártate Lucy, el problema no es contigo es con este bastardo. — Me empuja quitándome del centro. — Porque eso es lo que eres el bastardo de tu padre, el hijo de una prostituta con el general de la guardia real de Odín. — Dice apuntando con el cuchillo en dirección a Liam.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora