Capítulo 178: Mi mamá es Lucy

593 52 69
                                    

°∙✶∙°

Siento como la hoja de la espada me atraviesa, palpo mi abdomen y lo tengo intacto. Noto como emana la sangre de mi pecho, y veo que alguien empuña el arma que me está arrebatando la vida en cada gota que se escapa de mi cuerpo. Con debilidad levanto la mirada y ahí está ella viéndome con odio y una sonrisa maligna que me traspasó los huesos.

— Aquí está tu tercera espada.

Es una joven Freya, arrebatándome la vida.

Desperté y veo que a mi lado está mi hija dormida entre mis brazos, la televisión está encendida mostrando caricaturas.

La alcé en brazos y la acosté en mi cama.

Regresé a la sala a observar por la ventana como la nieve se hace notar allá afuera, definitivamente es una noche blanca y muy fría, si Kaan estuviese aquí estaría pegado a la chimenea envuelto en su manta preferida.

Aprieto la pantalla de mi móvil revisando si tengo algún mensaje de él, pero no.

Marco su número esperanzada a que me responda.

— ¿Kaan?

— Lucy...

— Al fin respondes... debemos hablar, al menos si ya no quieres seguir con esto solo dímelo, pero viéndome a la cara.

— No creo que sea necesario, porque si te tengo en frente no creo que sea capaz de dejarte.

— Entonces es eso... ¿me estas dejando?

— Es una pausa, creo que tú y yo debemos descansar del uno del otro.

— Kaan de verdad lo siento.

— Yo lo siento más.

Cuelga.

En eso escucho el timbre, no estoy esperando a nadie y ya es tarde.

— Loki.

— Te traje una botella de champagne francés. — Dice entrando con una botella en la mano.

— Freya está durmiendo.

— Sí lo imaginé, pero vine a verte a ti. — Se quita el abrigo negro dejándolo encima de una silla.

— No sé qué estás intentando, pero no voy a abrirme de piernas.

— ¿En serio crees que eso quiero de ti?

— Si no es eso... entonces no sé qué mierda quieres.

— Uy tranquila.

Vuelvo a sentarme en el sillón.

— Disculpa... yo no me siento bien, hablé con Kaan y al parecer todo se terminó.

— Hace días que no sabías nada de él, era lógico.

— Fue mi culpa, desconfié de él influenciada por ti y lo lastimé.

— Lo bueno de todo esto es que ya estas soltera.

— No entiendo que haces aquí, deberías estar con Verity o borracho cogiéndote a una prostituta, es Año Nuevo.

— Lo mío con Ver se terminó hace semanas.

— No lo sabía.

— Ella dice que todavía sigo enamorado de ti.

— ¿Eso es verdad?

En la televisión muestran la programación de Año Nuevo.

— ¿Tú que crees? — Dice abriendo la botella de champagne con ayuda de su magia.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora