Capítulo XXIX: Confesión de amor.

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[...]

Pude comprar una entrada para ver la última función del día, me conformé con el asiento que me tocó, igual estaba a una distancia lejana del escenario pero no importaba, sólo quería estar ahí se lo prometí y siempre intento cumplir mis promesas.

La obra iba a comenzar, todo el público estaba impaciente por que empezara incluida yo. El actor estrella sale a escena la gente se conmociona, su performance en el escenario es increíble, no es porque sea su fan pero realmente es un gran actor. También lo son sus compañeros, todos hacen del espectáculo un excelente trabajo, la historia del esposo engañado conmueve, más aún si ves al mismísimo Tom Hiddleston llorar por aquella infidelidad, ¿pero quién podría serle infiel a ese hombre tan perfecto?

La escena en donde besa a la actriz increíblemente no me dio celos, aunque todas las mujeres que estábamos allí desearíamos ser ella. La recuerdo bien esa noche en la fiesta donde trabajé de sirvienta, ella era su acompañante.

La obra termina, todos nos ponemos de pie para aplaudirle a los actores, hicieron un trabajo espectacular pero sobre todo mi amado Tom, él sonríe para su público brilla en el lugar como si tuviese luz propia como el mismo sol.

Todos se retiran para hacer una larga fila en el Stage door.

Mierda así jamás podré conversar con él. Decido no hacer la fila me siento en la acera al frente, desde allí podía observar como Tom gentilmente se tomaba selfies con sus fans, daba autógrafos, conversaba con ellas y hasta las hacía reír.

El cielo se tornaba gris con nubes amenazantes de una fulminante tormenta en medio de la noche, los truenos anunciaban que pronto la lluvia se dejaría caer sobre la ciudad algo extraño para el mes de junio. Sin embargo, me quedo allí esperando a que se termine la fila que ya estaba más reducida.

Comienza a una lluvia incesante, la gente se disipa rápidamente para no terminar empapada pero eso no me importaba, ni siquiera traía una ropa adecuada, solo un vestido floreado de verano y una chaqueta de cuero que espero resista a la persistente lluvia, ahora que la tormenta había espantado a la gente era mi oportunidad. Tom había vuelto a entrar por la misma puerta de donde antes salió para dar autógrafos, espero en medio de la calle empapada porque las vallas metálicas no me dejaban acercarme

Tom al fin sale por la puerta, lo espera una enorme camioneta negra, acompañado de su guarda espalda quien lo cubre con un paraguas.

— ¡Tooommm! — Grito para que voltee a verme.

Efectivamente Tom al escuchar su nombre voltea a buscar quien lo llama, le hago una seña con mi mano. El actor británico se sorprende a ver de quien se trata, lo veo venir en jeans con su típico suéter cubierto de un abrigo negro desabrochado dejando a la vista su esbelto cuerpo.

— ¡Lucy! ¡¿Qué haces aquí?! Es muy tarde y estas estilando. — Dice viéndome preocupado con sus azules luceros. Tenía razón estaba hecha un estropajo. Su guarda espalda se acerca para entregarle el paraguas.

— Te prometí que vendría a ver tu obra y cumplí, hiciste un excelente un trabajo, no cabe duda que eres un gran actor...—Digo con una gran sonrisa mientras miles de gotas de lluvia escurren por mi cara y mi cuerpo.

— Gracias pero... ¿no quieres que hablemos mejor dentro del carro? Vas a coger un resfriado.

— Tú siempre tan amable... —Suelto una risa nerviosa mirando hacia el pavimento mojado.— Por favor nunca cambies... pase lo que pase no permitas que nada ni nadie te arrebate esa luz especial que sólo tú tienes. —Vuelvo a verlo directo a sus increíbles ojos.

— No entiendo ¿porque me dices eso? Vamos te invito un café no quiero que te enfermes por mi culpa.

— Sólo será un minuto Tom, por ti no me importa enfermarme. —Inhalo profundo.— Dudo que recuerdes ese día en el que ayudaste a una chica estúpida que tiró una bandeja al piso en una lujosa fiesta, la defendiste de los gritos de su jefe quien le reclamaba que todo el desastre sería descontado de su salario, pero tú amablemente pagaste por todo lo que ella rompió, bueno esa chica soy yo y desde ese día me convertí en una más de tus fans...—No sé si era por la humedad en mi ropa pero mi cuerpo temblaba y las mejillas me ardían seguramente mi cara estaba rosada. — Te amo Tom ... —Respiro agitada.— Hace mucho tiempo que quería decírtelo... quizás te parezca una fan desquiciada o loca por hacer esto pero tenía que hacerlo antes de ...

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora