La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y III

Capítulo 42: La creación de Loki.

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Escuchen la canción del vídeo creo que describe perfecto a Loki.

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Varias décadas atrás...

Me encontraba solo en un pequeño planeta abandonado y deshabitado, donde muy pocas criaturas se arrastraban por la tierra, una tierra estéril y oscura muy parecida a la ceniza donde nada podría crecer jamás. Era un valle desierto de muerte por eso nadie me encontraría allí y necesitaba soledad para poder pensar bien en mi plan, del cual años más tarde me arrepentiría.

Después de haber estudiado cientos de libros de magia y hechicería decidí llevar a cabo los conocimientos adquiridos, esperaba con ansías que esto funcionara. Igual como las viejas brujas que veía de niño aferrado a las faldas de mi madre, me encontraba mezclando ingredientes mientras revolvía cuidadosamente, pero por más que seguía la fórmula una pieza fundamental faltaba y esa pieza en el rompecabezas era el elemental soplo de la vida.

Volví a hojear mis libros uno tras otro pero no encontraba nada, hasta que de pronto entendí que toda creación tiene la esencia de su creador. Tomé uno de mis cuchillos haciéndome un corte en una mano, mi sangre cayó sobre la fórmula que de inmediato empezó a hervir. Cientos de burbujas estallaban sobre la superficie, el caldero se movía y una luz verdosa comenzó a emerger, una explosión me arrastró lejos del lugar donde me encontraba.

Me levanté rápidamente, me sacudí la tierra de mi ropa y regresé para ver qué había ocurrido con mi experimento. Sobre la tierra había un capullo verde parecido al de una mariposa pero este era siete veces más grande, palpitaba de arriba abajo como si tuviese un corazón y alguna criatura se estuviese gestando en él. Sonreí porque mi experimento había funcionado pero aún era muy pronto para cantar victoria.

Después de haber cuidado por siete días de aquel capullo empezó a moverse, sostuve mis cuchillos y me puse en posición de pelea ya que desconocía que criatura o monstruo podría salir de ahí. Cuando se abrió por completo pude ver que había una niña pequeña de cabello largo rubio, de aproximadamente diez años midgardianos, desnuda y empapada de un líquido extraño. Me miró con esos enormes ojos verdes y un frío horrible recorrió mi columna, dentro de mí una voz me hacía presagiar lo peor.

— ¿Papá? — Dijo con una voz pequeña y aguda.

— No, no soy tu padre pero yo fui quien te creó por eso me debes obediencia y respeto. — Me quito la capa para que seque su cuerpo. — Mi nombre es Loki, soy Príncipe de Asgard y rey legitimo del Jotenheim.

— ¿Y yo que soy?

— Mi arma. — Digo con una sonrisa siniestra en mis labios. — Contigo a mi lado me apoderaré de reinos enteros y pondré a mis pies a mis enemigos. — Come para que comencemos a entrenar. — Tiro unas manzanas que ruedan por el suelo.

— ¿Qué es entrenar papá? — Se levanta tambaleándose dando unos pasos.

— ¡¿Qué parte de no soy tu padre no entendiste?! — La empujo haciéndola rodar por la tierra. — Dime Loki.

— Loki... — Se vuelve a poner de pie.

Los días pasaban y me dedicaba a entrenar a aquella niña que se convertiría en mi ejecutora, ella sería quien me ayudaría conquistar reinos y planetas, pero sobre todo a deshacerme de mi hermano. El entrenamiento para volverse una guerrera fue duro, pero por más que la golpeaba con mis puños ella no lloraba.