Capítulo 91: Digno de ti

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Me sudaban mucho las manos, intenté pasar desapercibido ante la mirada de Loki, él tenía la vista fija en la pantalla de su celular, mientras levantaba la taza de porcelana de ves en cuando para beber su té. Mi desayuno estaba casi intacto, meneé la cuchara en mi bowl de cereal con leche, a ver si el apetito me entraba, pero no hubo resultado, solo bebí mi vaso de jugo.

Loki dio un suspiro guardando su móvil en su perfecto trabaje azul oscuro, dio el ultimo sorbo a su taza y se levanto de la mesa, se me quedó viendo, arrugando el entrecejo mientras un mechón de su cabello caía por su frente.

— Estas muy callado hoy... ¿sucede algo?

— No.

— Jake... — se aproxima a mi rodeando la larga mesa. — sé que nos conocemos hace poco... pero puedes contarme lo que sea... — Levante mi vista desde mis cereales que flotaban en la leche hasta su cara, parecía que su mirada era sincera. — Está bien si no quieres decirme ahora, cuando quieras hablar me avisas... — Me da una palmada en el hombro. — Iré a la oficina tengo problemas en la empresa.

— Adiós Loki. — Respondí mientras el se desplazaba muy elegante por la sala hasta la salida junto a Rick quien lo esperaba en la entrada de la mansión.

Me preguntaba si cometí un error al no contarle del problema en el que estoy metido. Quizás el podría ayudarme a resolver mi tema pendiente con Jason pero... quería resolverlo por mi mismo, demostrarle que no soy un niño, que soy un hombre capaz de solucionar sus propios conflictos.

— Jake ni siquiera tocaste tu desayuno. — Dice Lizzy a mi lado colocando ambas manos en su cintura.

— Lo siento Lizzy, no tengo hambre.

— ¿Estas enfermo? — Dice tocando mi frente con su palma y también mis mejillas.

— No estoy enfermo, me siento bien. — Mis mejillas se colorearon, jamás había tenido la atención de nadie en toda mi vida, ni siquiera de la mujer que me dio a luz y todavía no me acostumbraba a los cuidados de Lizzy.

— No tienes fiebre... bueno, yo iré de compras al supermercado ¿vas a encargarme algo?

— Coc...

— ¡No me digas! Deja adivinar...— Se queda pensando. — Quieres una Coca-Cola y una bolsa de papas fritas.

— Sí...— Le sonreí.

— Bien te lo traeré...— Me pellizca la mejilla con suavidad. — Quedas a cargo de la casa, no tardaré. — Lizzy también se retira.

Esta es mi oportunidad.

Recogí mi bowl con cereales, fui hasta la cocina y lo dejé sobre el lavabo. Volví hasta el pasillo principal, abrí la puerta del despacho y encendí las luces. Me acerqué hasta la biblioteca y tomé los libros falsos dejando a mi vista la caja fuerte, jalé de la manilla y esta se abrió fácilmente. Cogí los fajos de dólares y algunas joyas como diamantes, introduje todo en mi mochila rápidamente, cuando terminé volví a dejar todo como estaba para no levantar sospechas. Salí del despacho cerrando la puerta a mis espaldas, me acerqué a la salida, pero Thunder me interseca moviendo su cola muy amistoso, ladea la cabeza y baja una oreja como preguntándome ¿qué estas haciendo Jake? Mis nervios volvieron.

¿Y si este perro sabe que estoy robando?

No, no puede ser, es un perro, pero es la mascota de Loki. Sacudí mi cabeza alejando los pensamientos, le hice cariño en las orejas al can y abrí la puerta principal, afuera estaban los guardaespaldas que Loki había contratado para la seguridad de la casa. Uno se me quedó viendo de la cabeza a los pies y puso especial atención en mi mochila vieja, se me erizaron todos los vellos del cuerpo.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora