Capítulo 165: Madre Escarlata, madre Infernal

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°• Tierra 839 °

Lucy se levanta del piso, de su boca gotea sangre manchando la blusa blanca de su uniforme. Las jóvenes se sorprenden al ver como ella después de recibir una golpiza, se levantó como si nada le hubiese sucedido.

Lucy sonríe con un brillo demoniaco en su mirada, y aunque son simples chicas mortales pueden sentir esa vibra oscura que emana de ella.

— Ahora si vamos a jugar.

— ¡Atrápenla! ¡Y golpéenla hasta que no pueda levantarse!

Las chicas secuaces de Amora obedecen corriendo hacia Lucy para volver apresarla.

— Si me tocan fracturaré sus brazos.

No se inmutan con su advertencia, cuando ya están a su lado ambas acercan a Lucy, pero ella es más rápida. A cada una agarra de las muñecas y dobla sus brazos quebrándolos como palillos de madera. Las jóvenes gritan de dolor y terminan de rodillas en el piso, quejándose horriblemente.

— Se los dije...

— ¡Estúpidas! ¡¿Cómo se dejan vencer por esa basura?!

— Suelta la piedra o le romperé las piernas a tus amigas. — La amenaza Lucy.

Amora aún sigue con la enorme roca en las manos con la intención de estrellarla en la cabeza del animal que está malherido e inconsciente.

— ¿Quieres mucho a este gato verdad? — Ríe con maldad.

Deja caer la piedra sobre la cabeza del gato, regando su sangre por todos lados.

— ¡Ahí tienes maldita puta! ¡Ahora tu gato está en el infierno!

— Agradézcanle a Amora.

Se acerca a las chicas que siguen llorando en la tierra, con solo el pie pisa con fuerza sobre las piernas de una, destrozándola por completo, hasta se podía oír como los huesos se rompían. Llegó el turno de la otra chica y aunque lloró y suplicó terminó fracturándole los muslos y rodillas.

Amora ve con terror como sus amigas se retuercen de dolor, hasta que se desmayan en medio de un charco de sangre.

— Es curioso que hayas mencionado el infierno... ¿Y sabes por qué?

Lucía con velocidad sobrehumana ataca a Amora agarrando su cuello, y levantándola del piso. Ella se asfixia y mueve los pies intentando soltarse.

— Porque yo vengo de el.

La deja caer, ella toce y vomita sofocada intentando que llegue el aire a sus pulmones, pero aun así sigue viéndola con odio. Ella se agarra del tobillo de Lucy para hacerla caer, pero le da un puntapié en la cara haciendo que la sangre estalle de su nariz y boca.

— A alguien le quedará destrozada la cara, aunque...— Dice la demonio acercándose a la joven que la ve aterrada como si fuese un horrible monstruo. — debería hacerte lo mismo que le hiciste al gato, darte con una piedra en la cabeza.

— ¡No por favor!

— ¿Ahora si tienes miedo? — La levanta del suelo sujetándola de su blusa.

Ve como toda su cara está manchada, Lucy sonríe malévola y lame la sangre de su mejilla.

— Sangre joven... que delicia.

— Eres un monstruo. — Le dice temblando.

— Tú también lo eres... y peor que yo, porque tú haces todo esto por un simple hombre, que poca dignidad tienes.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora