Capítulo 79: Recuerdos

916 111 118
                                    

 °∘❉∘° 

— ¿Vas a entrar o te vas a quedar ahí parado? — Dice sacándome de mis pensamientos, ya que estoy apoyado en la entrada de su cuarto.

— ¿Te he dicho hoy lo hermosa que eres? — Sonríe dejando el cepillo sobre el tocador.

— No señor Odinson, no me lo ha dicho... — Responde mientras sigue viéndose al espejo. Tomo el mismo cepillo y me siento en la cama, comienzo a deslizarlo por su largo cabello mientras ella me observa a través del reflejo.

— Eres hermosa, divina, radiante... — Termino de cepillar unos de sus mechones castaños. — Y no solo por fuera, por dentro también...— Corro su cabello hacia un lado para dejar besos sobre su hombro izquierdo.

— Loki... — Sonríe avergonzada y baja la mirada, se da la vuelta para hacer contacto visual. — Disculpa por haberte preocupado, no fue mi intención.

— Sentí tanto miedo cuando te perdí...— Dije tocando la piel suave de su cara. — Sentí que mi corazón se había detenido junto con el tuyo.

— Por favor no recuerdes el pasado... no me gusta ver esa mirada triste...— Me abraza. — Estoy aquí contigo.

— Cuando veo tus ojos con ese brillo y escucho tu voz, siento que lo que hice valió la pena...

— ¿Qué fue lo que hiciste? — Se separa de mi para volver a verme.

— Nada, es hora de que descanses.

— Loki puedo preguntarte... ¿porqué en el pueblo todos decían que yo soy una reina? También mencionaron una profecía.

— Con que supiste de la profecía, más bien es una leyenda.

— No se los detalles solo la mencionaron.

— Nunca anuncié oficialmente al reino que tú y yo nos casaríamos, pero eso no fue impedimento para que se esparciera el rumor de que pronto habría una reina a mi lado, y de boca en boca la noticia se fue trasmitiendo y fueron agregándole algunas supersticiones.

— ¿Cuáles?

— La profecía o leyenda dice que la reina será una mujer bondadosa y noble, capaz de curar enfermedades y que siempre velará por los intereses del pueblo.

— Ahora entiendo porque me veían como si fuese una diosa.

— Es tarde... — Me levanto de la cama y dejo un beso en su frente. — Buenas noches. — Me aproximo a la puerta antes de salir, ella me detiene.

— Loki... por favor quédate. — Me toma de ambas manos.

— Lucía ya hemos hablado de esto...

— Ya lo sé, es que, aunque esté desmemoriada tú me gustas mucho, quiero sentirte... — Coloca una de mis manos sobre su cuello. — Te necesito. — Trago saliva y entreabro mi boca, rechazar a la mujer que amas es una tortura.

— Debo irme a mi cuarto.

— Está bien...— Dice resignada. — pero no voy a rendirme tan fácilmente. Si cambias de opinión la puerta de mi cuarto siempre estará abierta para ti, cada noche te estaré esperando... — Termina de decir.

Salgo de su cuarto caminando de prisa hasta mi habitación, lo primero que hice al llegar fue darme una ducha bien fría para bajar esta erección tan incomoda.

A la mañana siguiente me visto rápidamente con ropa de humanos, la verdad es que había pasado tanto tiempo en la Tierra que ya me había acostumbrado a usarla. Además, creo que esta ropa acentúa muy bien mi figura. Escogí unos pantalones color azul marino y una camisa del mismo color, y unos zapatos italianos, dejé los primeros botones de mi camisa abiertos y me puse perfume.

La Obsesión del Dios del Engaño - Parte I, II y IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora