El Chico De Los Converse Rosas ✿*:･[Primera Parte] : [TK]･:*✿

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POV ' Yoshida

«¿Cuánto más podremos esperar?»

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Estos últimos días habían sido perfectos, días en los que había descubierto que aún quedaba algo de diversión en mí y también de amor. Hoseok se había encargado de hacerme sentir especial, amado y comprendido; de cierta manera todo volvía a ser lo que antes era y eso me gustaba.

Volver a la rutina, dormir con Hoseok, platicar por horas, ver realitys shows en la televisión, comer cereal en la madrugada para llenar el pequeño hueco que a veces se nos formaba por hambre a esa hora y demás cosas, cosas que había olvidado que me gustaban, y ahora que las volvíamos a hacer sentía que había revivido un parte de mi que pensaba que estaba muerta.

Pero a pesar de todo lo bonito que estábamos viendo sentía que muy pronto algo no muy bueno iba a suceder. Hoseok estos últimos días lo había notado un poco distraído, como alejado de la realidad; si le pedía la opinión respecto de algo le tenía que repetir la pregunta y tan solo me respondía «Ok, bebé» o un «Luego lo vemos si quieres», algo no muy normal en él.

Ya había intentando sacarle aquello que lo tenía así pero no hubo éxito, tan solo se limitó a decirme que todo estaba bien, que no me preocupara por nada, respuesta que hizo que me preocupara más de lo que ya estaba preocupado. Pero a pesar de estar así decidí dejar las cosas por la paz por dos razones:

Razón número 1: no quería hartar a Hoseok.
Razón número 2: tenía miedo de saber.

Y por ello tan solo me encontraba a su lado, sentado viendo la televisión mientras él se mordía las uñas (cosa que sabía porque de reojo podía verlo). Suspire y me acomode mejor en mi lugar.

— ¿Qué quieres cenar? — le pregunté y espere a que me respondiera pero nada, tan solo se quedó viendo fijamente la pantalla del televisor — ¿Hoseok? — le llamé pero seguía mordiéndose la uña así que me acerque un poco para así moverlo.

— ¿Hmm? ¿Qué has dicho?

— ¿Estás bien?

— Eh, sí, estoy bien — sonrió.

— ¿Seguro?

— Sí bebé, ¿Por qué preguntas?

— Es que te noto distraído. Te he preguntado algo y no me has oído.

— ¿De verdad? — asentí — Lo siento mucho bebé, estoy un poco distraído.

— ¿Y eso a que se debe?