Hace 6 meses...
Sus brazos rodean mi cintura y mi cabeza se apoya en su pecho. Solo me hace falta el calor de su cuerpo para no sentir el frío del invierno.
Hace dos horas y media de nuestro beso y todavía no soy capaz de asimilar qué es esto. La decisión que he tomado.
Héctor ejerce presión sobre mi cintura y hunde su rostro en mi hombro, besando la zona entre mi cuello y este. Un escalofrío recorre mi espina dorsal y sonrío.
—Estás demasiado cariñoso —me burlo.
—Pues acostúmbrate —ríe contra mi oído.
Me encanta, pero la sensación de alerta no me abandona, como si al irnos a casa todo se desvaneciera.
Entrelazo mis dedos con los suyos con miedo a que se vaya. Él aprieta mi mano como si me respondiese.
—No me voy a ir Abril —intenta tranquilizarme.
Me gustaría decirle que le creo, pero lo cierto es que no lo hago. Estos tiras y aflojas los he vivido ya. Un día fantástico y al siguiente odio y rencor.
Mi silencio parece decir demasiado y Héctor me obliga a darme la vuelta y me sienta sobre sus piernas.
Sus ojos verdes se distinguen como esmeraldas en la oscuridad, siendo el faro que calma todos mis miedos.
—Te prometo que cada día voy a demostrarte todo lo que te quiero —acuna mi cara con sus manos.
Sus labios atrapan los míos y me dejo llevar por promesas que no sé si va a poder mantener.
Su lengua me hace entrar en calor e intensifico el beso como prueba de que esto es real. Gime en mi boca y yo en la suya, llenos de desesperación. Sus manos se aferran a mi cintura y mis manos agarran su pelo con fuerza.
Me giro totalmente para sentarme en su entrepierna y me muevo contra él.
Los gemidos se intensifican y sus manos se cuelan bajo mi camiseta provocando que un chillido se escape de mis labios.
—¡Joder! —tirito contra su cuerpo.
—Mierda, ¿tengo las manos congeladas? —se ríe y frota mi espalda para que entre en calor.
—En una escala del uno a ser un jodido glacial... ¡Eres el puñetero polo norte! —reprimo un escalofrío y dejo que sus brazos me den calor.
—Princesa...puedo pasar a ser el jodido infierno en menos de diez segundos —muerde el lóbulo de mi oreja.
Y exactamente es lo que hace. Me hace pasar del frío más asfixiante al calor más sofocante. Sus manos exploran mi cuerpo en la oscuridad de forma lenta y calculada, rozando partes que desearía que tocase pero sin llegar a tocarlas, haciendo que enloquezca lentamente.
De repente, el móvil suena en mitad de la oscuridad haciendo que nos sobresaltemos. Miro la pantalla y cuando veo el nombre "Mamá" suspiro.
—¿Si? —digo con frustración.
—¿Cómo que "Si"? Son las tres de la mañana y solo quiero saber si mi hija está viva —me riñe.
Tiene razón, ni siquiera dije dónde iba.
—Estoy viva mamá, no te preocupes —la tranquilizo.
—¿Estás acompañada?
Me quedo callada. No quiero decirle que estoy con Héctor, pero tampoco le dije que salía con amigas, aunque para ser sincera, no creo que eso se lo crea.
—Abril no quiero saber con quien estás, solo saber si te van a acompañar a casa.
Héctor me mira y asiente con la cabeza.
—Sí, me llevan a casa, no te preocupes.
—Bien... Ya sabes, ten cuidadito y... ¡usa protección!
—¡Mamá! —chillo espantada y cuelgo.
Muerta de vergüenza entierro mi rostro en el cuello de Héctor y él explota en una risa preciosa.
—No me puedo creer que haya dicho eso —me quejo avergonzada.
—Lo que no me puedo creer es que te de vergüenza... ¿Te recuerdo lo que estaba a punto de suceder?
—¡Calla! —río contra su pecho.
Ambos reímos de forma tan natural que parece incluso mentira. Es tan agradable sentir esta confianza que no me hace falta más.
Nos quedamos durante una hora más, hasta que el frío se hace insoportable y el sueño hace acto de presencia. Después del tercer bostezo Héctor me coge como un saco de patatas para obligarme a montar en el coche porque no quiero volver a casa.
Me da pánico que esto acabe.
ESTÁS LEYENDO
Ex, vecinos y el Hilo Rojo del Destino (2)
Romance2ª parte de "Ex, vecinos y otros desastres naturales". ¿Son jodidas las rupturas? Sí. ¿Es jodido volver a enamorarte? Sí. ¿Pero sabéis qué es lo más jodido? Que el maldito destino no pare de reencontrarte con la persona que te rompió el corazón y q...