Un nuevo vaso cae al suelo. Es el tercero de la tarde. Me agacho a limpiar los trozos y unas manos amables agarran las mías y me miran con ternura.
—¿Y si te das un descanso?
—Pero si Paco...
—Si pregunta, has ido un segundo al baño —me guiña el ojo.
Nerea acaricia el dorso de mi mano y me hace un pequeño gesto para que me vaya. Lo hago sin apenas pensarlo.
Cuando llego a la sala de estar, me tumbo en el sofá y miro al techo con la vista clavada en las pequeñas sombras que hace la lámpara, categorizándolas por tamaños y tonos de gris.
En algún momento, cierro los ojos y me dejo vencer por el sueño. Es más fácil estar dormida que pensar, además, no tengo ningún pensamiento concreto, pero me encuentro saturada.
Me despierto cuando escucho la voz de Paco cerca y me atuso el uniforme para no dar la sensación.
—Esta semana no la he recibido —se escucho su voz seria.
—Lo sé, lo siento. Se me ha pasado —escucho la voz de Mario más seria de lo normal.
—No es algo que se deba pasar.
—Lo siento.
—¿Has consumido?
—¡¿Qué?! ¡No!
La voz apurada de Mario hace que de un golpe adrede al sofá y vaya hacia ellos. Paco me mira sorprendido y yo les ofrezco una sonrisa.
—Disculpad, estaba en el baño.
—Volved al trabajo —nos sonríe Paco y da un pequeño toque amistoso a nuestros hombros.
Mario sonríe incómodo y cuando nos metemos en la cocina, cojo su antebrazo y lo paro en seco.
—¿Va todo bien?
—Claro. Perdona, tengo que volver al curro.
Se deshace rápidamente de mi agarre e Isa me mira desde la otra punta de la sala y me fulmina con la mirada. Estupendo.
No tarda demasiado en pararme y hacerme preguntas de las que no tengo respuesta. Sé que a Mario no le gusta mucho la presencia de Paco, pero tampoco sé qué les ha pasado.
—¿Por qué no se lo preguntas tú? —digo al borde del enfado
—No quiero atosigarle al principio de la relación
Cuarto vaso al suelo.
Me disculpo con los clientes y obligo a Isa a agacharse conmigo para fingir que me ayuda a recoger.
—Como le de por descontarte los vasos rotos de tu sueldo, que sepas que no vas a cobrar.
—¿Desde cuando?
—¿Desde cuando eres un desastre? Desde el primer día. Rompiste un vaso de los caros.
—¡Que desde cuando sois pareja!
El rostro de Isa se vuelve rojo por completo y me sorprende lo distinta que se ve. Es tan adorable que podría cometer la locura de abrazarla, pero no me apetece morir.
Busco a Héctor con la mirada para contarla la noticia, pero enseguida caigo en mi error. Héctor se ha ido y me ha dejado claro que no quiere estar cerca de mí de ninguna de las maneras.
Noto como si un jarro de agua fría me cayese encima. Paradójicamente, aunque no esté presente, lo sigue haciendo. Sonrío al recordar las veces que me empapó en la residencia y me sorprendo echando de menos esa época, aunque lo odiase en ese entonces.
—¿Te ha dado un derrame?
La mano de Isa me saca de la nube en la que me encuentro y termino de recoger los pedazos tras decir que me encuentro bien. Aunque es evidente que no es cierto, ella tampoco pregunta más.
Las horas pasan demasiado lentas, pero por fin llega la hora del cierre.
Echo mi ropa a lavar a la vez que Isa entra y se tira en el sofá con un largo suspiro.
—¿Quieres hablar?
—No.
—¿Es por Mario?
—Evidentemente.
Cierro la taquilla y me siento a su lado. Nerea sale justo de la ducha y nos quedamos las tres a solas.
—¿Una noche dura? —nos sonríe mientras se cepilla el pelo y se ajusta la toalla.
—Digamos que hay días mejores —le sonrío.
—Tú podrías haberlo remediado, pero no te ha dado la gana.
Pongo los ojos en blanco y me estiro en el respaldo. No voy a discutir con ella. No esta noche.
—Isa... Héctor toma sus propias decisiones, Abril no tiene culpa —le dice dulcemente.
Creo que esta chica es un ángel venido del cielo para equilibrar el mal humor de Isa. Esta resopla y se levanta del sofá y de dirige a Nerea como si yo no existiese.
—¿Que no tiene culpa? Si no estuviese trabajando aquí, Héctor seguiría con nosotros y Paco no hubiese vuelto, por lo que Mario no estaría raro. ¡Ha desestabilizado nuestro hábitat!
Cuando creo que estoy arreglando las cosas con ella, me vuelve a demostrar que nunca vamos a poder tener una tregua estable.
—Disculpa por querer trabajar —digo con ironía.
—No me vengas con esas. Podrías haberlo convencido —me fulmina con la mirada.
La discusión se incrementa hasta que Nerea interviene e intenta tranquilizar a Isa.
—Cariño... No podemos meternos en esto. Son sus vidas.
Isa la fulmina con la mirada y se aleja unos pasos.
—No cuando afecta a mi relación.
—Si afecta a tu relación, a lo mejor es porque no está muy consolidada.
Nerea abre los ojos como platos e Isa se quedan sin palabras. En el instante que Nerea se muerde el labio y aparta la mirada, sé lo mal que lo hice. Me he comportado como una tirana. Soy horrible.
Trato de disculparme, pero Isa se aleja y sale dando un portazo. La sigo hacia la cocina y antes de tocarla, me advierte que ni se me ocurra hacerlo.
—Lo siento.
—No, no lo sientes.
—No quería decir eso.
—¿Entonces? Sorpréndeme.
Suspiro con frustración y me fijo en las cristaleras y en como la luz de las farolas ilumina el suelo recién fregado.
—Vale, no lo siento del todo, pero es por culpa de tu actitud. No puedes echarme la culpa de tus malditas desgracias.
—Mi novio apenas habla conmigo y está distante desde que Héctor tomó la decisión. ¿Cómo quieres que me sienta?
—Pues mira, no lo sé. Solo sé que si Mario te oculta cosas, a lo mejor tienes que huir de esa relación. Yo lo hice.
—Y así de bien te ha ido —dice con sarcasmo.
—También puede ser que Mario necesite un tiempo para abrirse —se escucha la voz de Nerea a nuestras espaldas.
Ambas nos giramos y sonrío con una tristeza que conozco demasiado bien.
—No sabes la de veces que he tratado de convencerme de eso.
—Quizá no esperaste lo suficiente, y es totalmente respetable —me sonríe.
Esperé demasiado.
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Ex, vecinos y el Hilo Rojo del Destino (2)
Romance2ª parte de "Ex, vecinos y otros desastres naturales". ¿Son jodidas las rupturas? Sí. ¿Es jodido volver a enamorarte? Sí. ¿Pero sabéis qué es lo más jodido? Que el maldito destino no pare de reencontrarte con la persona que te rompió el corazón y q...