Capitulo 95

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 Capítulo 95

Todos se sonríen y no le creen al niño. Ignazio está llegando a su departamento cuando suena su celular, era su hija que lo está llamando para hablar con él.

Ignazio: Alo.

Valentía: Padre ¿Cómo estás?

Ignazio: Bien hija, te estaba llamando más temprano pero nunca me contestaste.

Valentina: Si papa, estaba con mi madre.

Ignazio: ¿Cómo esta ella?

Valentina: Bueno padre, ya sé que es lo que realmente tiene mi madre.

Ignazio: Que sucede hija, no me asustes.

Valentina: Papa mi madre tiene cáncer (Llorando).

Ignazio: ¿Qué?

Valentina: Si padre desde hace 6 meses se lo diagnosticaron y ella no dijo nada porque no quería preocuparnos.

Ignazio: Hija eso está muy grave, tu madre tenía que decirte lo que realmente le sucedía, por lo menos a ti que eres su hija.

Valentina: Si papa. Eso mismo le dijo pero ella no quería preocuparme.

Ignazio: ¿Y qué dicen los médicos?

Valentina: A pesar que se lo diagnosticó a tiempo la enfermedad esta avanzando, el doctor me dijo que solo un milagro puede parar la enfermedad de mi madre, sin embargo está haciendo todo lo que está a su alcance para salvarla.

Ignazio: No puede ser hija.

Valentina: Yo no me quiero ir padre.

Ignazio: Por supuesto hija quédate con tu madre ella te necesita más que yo.

Valentina: Si papa, eso le dije pero ella insiste que me vaya a Venezuela ayudarte ella quiere que me vaya contigo.

Ignazio: No hija quédate en Italia al pendiente de tu madre, yo aquí buscare a alguien que me pueda ayudar pero tu despreocúpate y cuida a tu madre.

Valentina no sabe qué hacer, esta entre su padre y su madre, no quiere dejar a su madre sola en ese momento tan duro pero tampoco quiere dejar a su padre, su más grande sueño está a punto de hacerse realidad ella siempre quiso formar parte de las empresa de su padre y no quiere desaprovechar esa oportunidad. La noche termina rapido y llega un nuevo amanecer en la ciudad, como costumbre Eduardo llega a la empresa al mismo tiempo llega Ignazio y Piero.

Eduardo: Buenos días.

Ignazio: Buenos días ¿Listo para trabajar?

Eduardo: Por supuesto ¿Y tú?

Ignazio: (Sonríe) Siempre.

Los tres se vana hasta sus oficinas y entran a trabajar tranquilamente. Lucas está en el jardín jugando solo con sus carros y juguetes nuevos, a simple vista humana esta solo pero no es así, el espíritu de Gabriel lo visita para platicar con él como siempre.

Gabriel: Hola campeón.

Lucas: (Lo ve y le sonríe) Tío te tardaste mucho.

Gabriel: (Se sienta junto a él) Lo que pasa es que estaba desayunando.

Lucas: ¿Y ustedes en el cielo pueden comer?

Gabriel: Si (Comienza a rodar un carrito) De una manera muy distinta que los seres humanos pero si comemos.

Lucas: Enserio, yo quiero comer con dios.

Gabriel: (Sonríe) Lo sé pero a ti te falta mucho para que puedas comer con dios.

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