Capitulo 196

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Capítulo 196

Ha pasado más de dos horas y Eduardo nada que aparece, Ignazio no sabe qué hacer, Besabeth no para de llorar y recordar todo lo que su hijo le dijo, Ramona camina de un lugar a otro muy preocupada, llamaron a todos sus amigos incluyendo a Carlos y nadie sabe paradero de Eduardo.

Ramona: (Caminando de un lugar a otro) Dios mío en donde estará ese muchacho.

Besabeth: Señor cuídame a mi muchacho en donde quiera que este, no me lo desampares nunca.

Eduardo está sentado en la cama de la habitación de aquel hotel que llego con Marilyn, está totalmente desnudo pensando en todo lo que le ha sucedido, Marilyn se levanta y se pone detrás de él, acaricia su espalda y luego le da pequeños besos.

Marilyn: Me encanto mi amor, tú nunca me avías hecho el amor así.

Eduardo: Déjame en paz.

Marilyn: No seas amargadito mi amor, mira que la pasamos muy bien.

Él se queda callado y no dice nada, una lágrima comienza a rodar por la mejilla de él, Marilyn lo sigue besando por la espalda y el solo piensa en Valentina. La noche pasa rápidamente y llega un nuevo día, Ignazio se fue de madrugada a su departamento, Eduardo nunca llego a su casa a dormir, Ramona esta acostada en un mueble muy cansada, Besabeth está parada en una ventana esperando a su hijo que aún no llega a su casa, su corazón está destrozado y al mismo tiempo preocupado porque malos pensamientos son lo que ronda su cabeza, Ramona se levanta poco a poco y ve a Besabeth.

Ramona: Mi niña, no llego verdad.

Besabeth: No, nunca llego.

Ramona: (Se levanta) Dios mío en donde paso la noche ese muchacho.

De repente ve una camioneta entrar a la casa, Besabeth se sorprende y se da de cuenta que es el carro de su hijo, sale corriendo rápidamente y se pone en el balcón a esperar que el suba hasta la casa, Eduardo se baja del carro y sube las escaleras y se encuentra a su madre antes de entrar a la casa.

Besabeth: (Corre hacia él y lo abraza) Hijo, por fin llegaste, me tenías preocupada.

Eduardo sin verla la toma por los brazos y se la quita de encima sin verle la cara, el aún sigue muy molesto, Ramona sale a verlo y el solo dice pocos palabras de desprecio hacia su madre.

Eduardo. Nunca más me vuelvas a tocar, porque me das asco (Se va).

Besabeth lo ve alejarse y no aguanta más y comienza a llorar desconsoladamente por el comentario de su hijo, Ramona la abraza y llora junto con ella. Ignazio está sentado en la isla de la cocina, está pensado en Besabeth y en su hijo, Valentina sale de su cuarto, esta sin dormir nada y él se voltea y la ve fijamente.

Ignazio: Necesitamos hablar.

Valentina: Papa yo.

Ignazio: Cállate y siéntate.

Valentina traga fuerte porque su padre nunca la había tratado así de esa manera, Ignazio no puede ocultar su rabia y menos su preocupación por su hijo y por Besabeth, se sienta en el sofá, Ignazio se levanta de la silla y la ve fijamente.

Ignazio: ¿Por qué lo hiciste Valentina? Porque le dijiste la verdad a Eduardo.

Valentina: Papa lo siento yo no quería hacerlo.

Ignazio: Pero lo hiciste Valentina, le dijiste a Eduardo que era mi hijo y ahora él está desaparecido.

Valentina: (Pone los ojos como platos y se levanta rápidamente) ¿Qué?

Ignazio: Si Valentina, Eduardo no llego a su casa anoche para dormir, y todavía a estas horas no se sabe nada de él.

Valentina: (Comienza a llorar) Dios mío, si le pasa lago no me lo perdonaría.

Ignazio: Valentina, porque eres tan rencorosa, esa no fue la educación que yo te di, hice todo lo que estaba en mis manos para que tú fueras una mujer madura y profesional, te enseñe que a pesar de todo lo que podías tener y tenías que ser humilde y perdonar y mira como me pagas. Traicionándome de esta manera solo porque no soportas ver a tu padre al lado de la mujer que ama.

Valentina: Papa perdóname.

Ignazio: ¿Perdoname? Crees que pidiéndole perdón a Eduardo por tantos años de ausencia todo volvería a la normalidad.

Valentina: Papa por favor.

Ignazio: Valentina, Eduardo odia a su madre, me puede odiar a mi si le da la gana, despreciar yo soy el culpable de todo esto porque no supe resolver las cosas a tiempo, fui un cobarde y un orgulloso escapándome de los problemas que Besabeth y yo teníamos, pero que odie a su madre eso nunca Valentina.

Valentina: Esa mujer te desgracio la vida papa.

Ignazio: No Valentina, la única mujer que me desgracio la vida ha sido tu Valentina Boschetto, tú me has desgraciado la vida diciéndole la verdad a Eduardo, cuando tú y yo habíamos hablado de esto y quedamos que nos regresaríamos a Italia sin decirle nada a Eduardo, para evitarle este dolor.

Valentina: (Llorando) Papa.

Ignazio: (Le da la espalda) Pedirás boleto de avión de regreso a Italia cuanto antes, para que cuides a tu madre, como debió ser desde un principio.

Valentina: ¿Qué?

Ignazio: (Se voltea y la ve fijamente) Lo que escuchaste, te iras a Italia a cuidar a tu madre, te regresas a Italia, de donde nunca debiste salir.

Ignazio la ve y la deja sola, ella no puede creer lo que su padre le acaba de decir se sienta en el sofá y comienza a llorar desconsoladamente. Paula esta lista para irse a la universidad, recoge sus cosas y va saliendo de la casa, justo cuando llega a la puerta principal tocan el timbre y ella abre la puerta.

Verónica: Buenos días Paula.

Paula: Buenos días Señora Verónica.

Verónica: Se encuentra Besabeth.

Paula: Si Señora, está en su habitación junto con Ramona.

Verónica: ¿Eduardo? Esta también.

Paula: Si, llego hace media hora.

Verónica. ¿No durmió aquí?

Paula: No.

Verónica: Dios mío santo (Ve a su hijo) Paula te presento a mi hijo mayor Pedro Luis.

Paula: (Lo ve fijamente y le da una pequeña sonrisa) Buenos días Señor.

Pedro Luis: Buenos días (Le da la mano y ella también se la da).

Verónica: Vamos a la habitación de Besabeth.

Paula: Si Señora, déjeme y le aviso a la Señora.

Verónica: No tranquila, me imagino que vas a la universidad, no quiero que llegues tarde por mi culpa, además el trafico esta patético y eso no te va ayudar en nada, yo subo junto con Pedro.

Paula: Permiso Señora.

Paula se retira y cierra la puerta, Paula sonríe y se sonroja las mejillas, coloca uno de sus dedos en la boca y con sus dientes hace una pequeña presión, comienza a sentir algo llamado mariposas en el estómago.

Paula: Es perfecto Paula, es el príncipe azul con el que sueñas todas las noches.

Ayudarme a Vivir "Ignazio Boschetto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora