fuck me, daddy [katsudeku]

Fin

10.913 palabras hay en esta weá KDKSLLDWÑE vayan a buscar cabritas o no sé, papas fritas y pónganse cómodassss

Shoto iba ansioso e inquieto en la limusina de Sebastián, quien se ofreció a llevarlo a la prisión de alta protección a visitar a su hermano sanguíneo, antes el adulto le había dejado en claro que Touya iba a recibir visitas ciertos días del mes, pero claramente nadie iría a verlo, sus hermanos ahora estaban muertos y su padre también, y como Rei Todoroki fue asesinada por el mismo Enji prácticamente le quedaba Shoto, o algo así.

Iba sólo con Sebastián y quien manejaba, no iba ningún otro guardia, nadie. Así que mientras esperaba llegar al lugar miraba por la ventana algo triste, quería mucho a Touya aún, era su hermano protector cuando fue pequeño.

Al llegar bajaron y entraron al lugar con normalidad, Sebastián se encargó de hacer todo el papeleo para entrar y el adolescente tan solo mostró sus carnet de identificación.

Iban por el pasillo acompañado de un policía y llegaron a la celda de Touya, donde estaba atado de brazos y piernas en un asiento porque aún estaban investigándolo. Shoto de inmediato al verlo tras la ventana se cubrió la boca y reprimió un sollozo, tenía tanta pena.

-Oye, violador, alguien tiene la desgracia de venir a visitarte -avisó el profesional al prisionero.

Touya al oírlo alzó la cabeza sin ganas, pero al ver a Shoto casi se cae de espaldas, no estaba esperando eso, jamás lo habría pensado siquiera.

-Shoto.

Dijo su nombre mientras lo miraba con los ojos muy abiertos, no había tenido la oportunidad de hablarle de un modo que no sea drogado, pero ahora era el momento.

-Shoto -lo nombró nuevamente afligido-, y-yo lo siento tant...

-Cállate, sólo cállate -interrumpió el menor apretando sus puños y frunció el ceño mientras tomaba asiento frente a él y Sebastián se ponía detrás al igual que el policía-. Yo no puedo perdonarte, n-no puedo cuando le hiciste daño a la gente que quiero.

Touya no dejaba de ver a su hermano menor, estaba tan grande, ya era prácticamente un adulto, no era el niño miedoso y débil que conocía, esa mirada de recelo no era en broma.

-No tenemos mucho tiempo, Shoto -recordó Sebastián sin ganas de decir aquello porque en parte sería presionarlo, pero debía estar al tanto de ello.

-Touya, ya no tengo el apellido Todoroki, ahora tengo el de mi familia real -contó el de ojos bicolores sollozando de vez en cuando y miró hacia otro lado, quería irse lo más rápido posible también-. Ellos son mi familia, no ustedes. Ustedes me hicieron daño, me hicieron creer algo que me hizo sentir mal por todos estos años -escupió con palabras sumamente duras y toscas.

Touya en serio se sentía mal, ver que la única persona que le quedaba en la vida más cercana a una familia lo despreciaba, y es que engañó a Shoto, engañó a tanta gente.

-Comprendo.

El de ojos azules bajó la mirada y relajó el rostro, nunca en su vida había tenido sentimientos hasta ahora, nunca sintió cariño, tristeza, nada de eso, pero justo ahora Shoto lograba hacerlo sentirse tan mal.

-No voy a venir a verte nunca más en mi vida, me das asco -volvió a hablar Shoto desahogándose de todo lo que tenía guardado y pensó hasta ese día-. Le arrebataste a alguien preciado a mi hermano y trataste de robarte a Midoriya también, hijo de un bastardo -dijo al final con rabia aumentando el sonido de su voz, no podía relajar su cuerpo.

Touya sin más se dejó putear tranquilamente, se tenía merecidas todas esas palabras y más. Se sentía mal, esa situación le dolía tanto, pero ahora no podía volver atrás y arrepentirse, ya estaba todo hecho.