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Sebastián iba con sus dos acompañantes en dirección a la salida del hospital y se sentaron en unas mesas para descansar un momento, ya era bastante de noche. Estaban esperando a la señal de la Karina, la chica que estaba adentro vigilando en todo momento el cuarto en donde estaba Bakugou, así que en el momento en que Mitsuki e Inko salgan ellos podrían entrar sin problemas.

La mujer tuvo una noticia que informar que le llegó por el audífono y de inmediato se comunicó con Sebastián, era de importancia al menos para él.

-Karina, la mejor perra guardiana, ¿qué es lo que pasa? -contestó de mala gana como siempre pero manteniendo ese tono formal.

'Llámeme por mi nombre clave por favor, idiota.' Dijo primero que nada. 'Nos acaban de informar que Tenko Shimura ha muerto, se suicidó.' Habló por teléfono la única chica de esa pequeña mafia ignorando ese tonto apodo como muchos que le suele inventar.

-¿Se suicidó o lo mataron? -preguntó Sebastián algo burlesco.

'¿Quién mataría a ese niñato?' Preguntó por encima del hombre rodando los ojos.

-Era la ex pareja del pequeñín, K.

Sebastián se alzó un poco de hombros e hizo una mueca de desagrado al llamarla por su nombre clave, los detestaba en serio.

'Si Katsuki lo hubiese querido matar nos habría dicho, sabe que no se ensucia las manos.' Dijo con notable obviedad en sus palabras.

"Lo hace si es necesario..."

-De todos modos es extraño, ¿por qué se mataría? Hasta tenía pareja, el hermano de Sh...

'Cállate, imbécil, no podemos hablar de eso.' Lo interrumpió abruptamente la chica bastante irritada ya mientras se paraba cargando el peso sobre una pierna. 'Ahora vaya a hacer su puto trabajo y espere, mis órdenes eran solo avisarle eso, hasta nunca.' Y colgó la llamada dejando boquiabierto al hombre mientras se quedaba mirando la mesa al frente suyo, ella en serio era tan diferente de los demás.

-Que buena discusión -dijo uno de los acompañantes a su lado que escuchó la conversación pretendiendo provocarlo un poco-. ¿Le ganó esta vez, Sebastián?

-No me molestaría darte una patada en la cara en frente de todos, L -lo amenazó Sebastián mirándolo seriamente.

Aquello ni siquiera logró intimidar al agente, es más, hasta intimidó al otro muchachito que se apoda R que iba con ellos.

-Oh, eso significa que ella volvió a dejarlo en jaque -le regaló una pequeña sonrisa mientras cerraba sus ojos enojando mucho más al hombre-. No se ponga así, le van a salir arrugas.

-¿Puedes callarte un rato? -preguntó desviando su mirada.

Se echó hacia atrás en la silla, estaba tan cansado y más encima debía lidiar con sus compañeros, era una tortura para él, pero todo sea por Bakugou.

-Eso va a ser difícil porque sabe bien que soy bastante irritante para usted y la verdad esa es mi labor -L seguía hablando.

Hizo una pausa para beber el refresco a un lado de su trozo de dona para retomar la idea, porque sí que eran buenos los dulces en ese hospital.

-¿Por qué cree que estoy aquí, Sebastián? -siguió siendo irritante-. Ni siquiera tengo un buen cuerpo como usted para pelear, tan solo sé de estrategias y...

Entonces L fue bruscamente tomado de su corbata y Sebastián lo acercó a él así obligándolo a mirase ambos a los ojos. El primero estaba más que sin habla, su corazón latía a mil por horas, no se había esperado para nada una reacción como esa, después de todo Sebastián era un orangután de primeras, pero a la gente como él y Karina les gustaba molestarlo y este era el resultado.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora