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-Miren, pero si es el mismísimo Touya Todoroki, ¿quién iba a pensar que matarías a tu propia pareja? -preguntó Sebastián con sorna.

Caminaba al rededor suyo mientras lo tenían atado de manos por detrás de su espalda y de pies, estaba sentado en una silla en una habitación completamente vacía y recién había despertado de la droga que le habían dado.

Al parecer Touya no tenía intenciones de hablar, desde que fue atrapado no ha dicho nada y eso ponía de pésimo humor al hombre al mando ahí.

-¿No vas a cooperar? -preguntó nuevamente mientras se acercaba un poco al de cabello teñido de negro.

Sebastián no tenía paciencia y todos lo sabían, también sabían que lo que se venía no iba a ser tan tranquilo. Una patada llegó a parar en el rostro del chico que lo botó al suelo haciéndolo quejarse de dolor, toda su mejilla impactó en el suelo quedando con sus rodillas también en este.

-Agente K -llamó Sebastián por el audífono a Karina-. Si es posible tráeme a Shoto Todoroki, el plazo es dos días.

-¿Shoto?

Se escuchó un susurro del chico en el suelo llamando la atención de los presentes mientras trataba de moverse pero era inútil, había quedado muy herido luego de recibir los balazos de Karina en su pierna, menos mal le hicieron una simple curación pero dolía como la mierda.

-Shoto está muerto, papá lo mató -dijo el en el mismo tono de voz sin reflejar alguna expresión en si mismo.

-Shoto sobrevivió, fue adoptado y vive feliz -explicó el hombre al mando ahí sin intenciones de ser amigable-, no como tú, que te dedicas a enamorar gente para violarla y luego matarla.

Hablaba con asco a la vez que volvía a darle un golpe a Touya, pero esta vez fue en el estómago con su pierna.

-¡Aghck! -gimió de dolor mientras cerraba sus ojos con fuerza.

-¿Vas a hablar entonces? -preguntó Sebastián agachándose a verlo mientras lo jalaba del cabello para obligar a verlo y levantó una ceja en su dirección.

-Prefiero que me mates antes de decir algo -respondió dándole una cínica sonrisa antes de que una tragedia ocurriese.

Nadie, nadie nunca, excepto Bakugou y Karina, había tuteado a Sebastián y aquello no fue lo único que lo enfureció, su actitud de mierda era un asco.

-Llévenselo de aquí y enséñele una lección, a ver si haciéndole lo mismo que el hacía le dan ganas de hablar -ordenó mirando a dos de los hombres.

Uno de ellos fue a abrir la puerta y el otro se puso al chico como un saco en el hombro. Sebastián le dio una última mirada al Todoroki, quien trataba con todas sus fuerzas de soltarse del tipo pero era claramente inútil si lograba soltarse porque no podría escapar y ni siquiera podría soltarse de ese gran y musculoso adulto si eso es lo que quisiera.

-¡Katsuki Bakugou va a morir, hijo de puta, tenlo por seguro! -gritó Touya mientras cada vez se alejaba más de ahí y uno de los guardias cerró la puerta para no seguir oyendo sus lastimosos gritos-. ¡Ahora mismo podría estar en peligro tu bebé!

Sebastián rápidamente encendió la televisión dejando ver al doctor avisándole a Mitsuki, Inko e Izuku que debían salir de la habitación y se preocupó, era de vida o muerte la situación.

-¡Comuníquense con los refuerzos del hospital váyanse de inmediato para allá, bastardos, infórmenles todo lo que ha ocurrido! -empezó el hombre al mando a hablar hacia sus compañeros-. ¡Y tráiganme a Yo Shindo también, no me importa que esté hospitalizado ese hijo de puta! -ordenó gritándoles en la cara a los agentes restantes en la habitación.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora