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Esa misma tarde día iba caminando tranquilamente por los pasillos del instituto una muchacha castaña que no se despegaba de su celular, como nunca, pues odiaba que sus amigos estuviesen en línea mientras se juntaban entre todos.

Iba con sus amigos, quienes se dirigían al pasto de atrás, estarían ahí por mientras era el receso.

U: Quiero verte de nuevo, por favor... Dame una oportunidad.

T: Para.
T: Balbucear.
T: Tonteras.
T: Y.
T: Quedarte.
T: Mirándome?
T: No.
T: Gracias.

-Ghhh -se quejó Uraraka leyendo los mensajes.

"¿Por qué escribe tan extraño?"

-¿Qué te ocurre? -le preguntó un pecoso algo extrañado de verla así.

-Nada, mhm -respondió nerviosa escondiendo su celular detrás de su cuerpo.

Iida alzó una ceja y empezó a caminar mas lento, fue detrás de ella mientras Izuku trataba se sacarle información y le quitó el celular de las manos.

-¡Ahh, perro sarnoso, dame eso! -le gritó ella raspando la garganta.

Quiso ir a correr detrás de él, pero Asui la agarró de el estómago y la cargó como una cachorra para evitar que le quite el celular.

-¡Asui, no me hagas esto, perra! -exclamó moviendo sus brazos y piernas-. ¡No toco el suelo!

-Tienen una obsesión con decirme así ustedes -comentó Tsuyu inexpresiva-. Y deja de hacer eso, se te ven los calzones si agitas las piernas.

-¡Lee el mensaje en voz alta! -pidió Denki emocionado mirando a Iida.

-"Quiero verte de nuevo..." -leyó Tenya con una mano en su mejilla de asombro.

-¡Ahhhh, cállate! ¡Ya cállate! -gritaba Ochako histérica tratando de soltarse, en vano, de Tsuyu.

-Que romántica eres -la molestó Izuku riendo un poco.

Al final de tanto llamar la atención por el griterío se armó un público de estudiantes que se reían también de Uraraka, era inevitable.

-Mira quien está aquí -dijo la peliverde hacia Ochako algo agraciada.

"No me digas que es Himiko."

La castaña dejó de forcejear con ella y se quedó colgando nada mas de Asui mientras sentía un calor en todo el cuerpo. En serio era el peor día de su vida.

La peliverde puso en el suelo a Uraraka y se fue con sus amigos, quienes tenían su teléfono. Se lo arrebató a Iida y se lo pasó a la castaña, ella lo recibió y se quedó con la vista pegada en los pies ajenos que tenía al frente, y efectivamente reconocía su calzado.

-Justo nos íbamos -habló Kaminari fingiendo la situación-. ¡Adiós, Kirby!

"¡Odio ese apodo mugriento!"

Asui pasó por el lado de la castaña antes de partir para irse e hizo como que se tropezaba empujando a Ochako, quien fue a caer en el cuerpo de la rubia.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora