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-¿Qué mierda te pasa? ¡No quiero estar aquí, así que abre la puerta! -gritó un enojado pecoso.

Estaba con Bakugou encerrado en una habitación bajo llave que le prestó Todoroki del centro de estudiantes, pero Izuku quería regresar rápidamente con sus amigos.

El más alto se encontraba apoyado en la pared mientras el otro trataba de apartarlo pasa salir, pero era inútil, ni siquiera tenía la llave en su poder y sin dudas era imposible quitárselas por la gran diferencia entre sus organismos y fuerza.

-Deku, sólo escúchame, seré breve -pidió el mayor tratando de calmarlo.

Kastuki posó una mano en el hombro del menor, pero esta fue expulsada por un fuerte manotazo de parte suya, y eso dejó al primero en serio descolocado.

-N-no me toques -dijo Izuku con una voz temblorosa, cabizbajo y encogido de hombros.

No quería verlo, quería salir de ahí y volver con sus amigos a tratar de animarse como antes. No podía seguir encontrándose con él, no era bueno para su salud mental, se sentía muy ansioso.

-Lo siento -se disculpó Katsuki apartándose para no incomodarlo más.

Y se apoyó en la puerta con una expresión triste, sus nervios habían vuelto a su ser, no sabía como expresar lo que quería ahora que lo tenía al frente suyo.

-¿Que lo sientes? -Midoriya soltó una sarcástica carcajada y escupió con un tono que estaba seguro nunca haberlo usado en su vida-. ¿Acaso también puedes sentir? Entonces sácame de aquí.

La sensibilidad y el carisma de Midoriya poco a poco iban dejando su persona, cada día se veía más amargado, agresivo y apático en todo sentido. Bakugou por su puesto que no lo sabía porque no lo veía a menudo, pero ahora que se había acercado a él para conversar se dio cuenta de ello. Ya no era el pequeño enamoradizo y sonrojado, ya no se le veía nervioso por su presencia y emocionado por tonteras, ahora sentía un gran vacío por ese cambio.

Las manitos del peliverde estaban hechas puños mientras él se quedaba mirando hacia el suelo con rabia, su rostro rojo y tan lamentable, sobre todo por esas ojeras que lo hacían verse aún más demacrado. Se le estaba viniendo el mundo encima y sentía que nadie lo ayudaba a alivianar ese peso, aún habiendo escuchado concejos de parte de sus seres queridos, simplemente hizo caso omiso a esa ayuda. Ahora se arrepentía de todo, de haber persistido, de haberlo querido tanto. Algo... Algo dentro suyo cambió, y no para bien.

-Solo fui un imbécil, lo sé, y tampoco fue la forma de traerte aquí -trató Bakugou de hacerlo entender eligiendo con cuidado sus palabras, sentía que cualquier cosa que diga mal la iba a cagar mucho-. Pero ahor...

-No -le frenó poniendo una mano al frente suyo-. Entiende, por favor, no debiste arrastrarme aquí cuando no quería. Y ya basta -estaba irritado a mas no poder-, porque ya no voy a andar como imbécil detrás tuyo otra vez si es eso lo que quieres. Ya no volveré a ser así.

Se expresó aún con rabia acumulada pero cambió el tono a uno un poco más calmado relajando su cuerpo y bajando su brazo, haría lo posible para irse rápido.

-Pero que si me dejas salir ahora voy a olvidar que me encerraste aquí y también que nos "conocimos" -propuso Izuku con el rostro lleno de seriedad-. "Si le dices algo de esto a alguien considérate fuera del mapa, tú y yo no nos conocemos." ¿Recuerdas eso?

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora