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-Denki, oye, despierta -habló un pelirrojo hacia su pareja que dormía tranquilamente en en su cama.

El día sábado lo pasaron juntos paseando en un parque y llegaron algo cansados, tenían como panorama siempre salir, ser más dinámicos.

Ya era domingo en la tarde y en total el rubio llevaba dos días sin llegar a su casa, interiormente le había enviado un mensaje a sus madres que no llegaría probablemente, y ahí estaba, durmiendo como un bebé y siendo abrazado por Eijiro.

Tuvieron dos rondas de sexo y por lo mismo es que estaban cansados, decidieron tomar una siesta y ahora estaba ahí el mayor de tratando de despertarlo para que comieran algo.

-Príncipe, vamos a comer algo, tengo hambre -volvió a hablarle con cariño mientras sacudía con cuidado al rubio por uno de sus hombros.

-Hmm, ¿qué hora es? -preguntó algo desorientado sin abrir sus ojos colocándose boca arriba.

-Ya van a ser las ocho de la noche, aparte no debes volver muy tarde a tu casa, mañana hay clases -informó acariciándole la mejilla suavemente.

-No me gusta ir a estudiar -habló perezoso-, si no fuera porque te conocí en el instituto lo odiaría.

Y abrazó nuevamente al pelirrojo por su torso dejándolo asombrado, no se esperaba para nada esas palabras. Denki solía decirle esas cosas tiernas a su pareja, siempre que tenía la ocasión trataba demostrarle su cariño de la forma en que pudiera, aunque lo tomaba desprevenido y lo hacia ponerse un poco nervioso.

El mayor le devolvió el gesto de la misma manera junto a un pequeño beso en la mejilla, lo quería muchísimo, y aunque era terrible tratando de decirle cosas bonitas como esas al menos podía demostrarlo.

Entonces estuvieron un momento así juntos pero el estómago de Eijiro rugió de hambre y sacó del momento a ambos provocando que el rubio se separase de su pareja.

-Vamos a comer algo -dijo Denki finalmente tratando de abrir bien sus ojos y miró al pelirrojo con una pequeña sonrisa.

-¿Qué quieres comer? -preguntó sentándose en la cama para estirar su cuerpo y el otro lo imitó de una forma extraña.

-Quiero... -detuvo sus palabras a causa de un bostezo y retomó cuando terminó-. Pancito con palta.

-Buena elección -dijo bajándose ya de su cama sin antes dejar un corto beso en los labios de su pareja.

Denki estaba a punto de sentarse en la cama para bajar de ella, pero no fue capaz de hacer mucho.

-¡Agk! -se quejó volviendo a estar acostado en la cama-. Kiri, me duele el trasero, no me puedo mover -avisó con un rostro de dolor.

En serio eran unas bestias calenturientas, es que ni siquiera podía mover bien su cuerpo, estaba completamente tieso ahora.

Eijiro volteándose a verlo al instante, ese quejido en serio lo alertó, se asustó también, pues su rostro reflejaba sufrimiento.

-Lo siento mucho, Denki, traeré la once aquí mejor -propuso para ayudarlo a sentarse en la cama colocando unos cojines detrás suyo para que se apoye bien.

-No te disculpes, Kiri, no es tu culpa -respondió tratando de tranquilizarlo al haberlo visto tan arrepentido.

Colocó una mano en su quijada y lo acercó hacia el pasa besarlo únicamente con sus labios, veía inquieto a Kirishima.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora