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-Todoroki, tranquilo -dijo un chico peliazul saliendo de la barra para ir a un lado del nombrado al frente de ella.

-¡No me pidas que me calme! -gritó con los ojos llorosos mirando al de lentes con una mirada afligida.

A Tenya le dolió en el alma verle la carita tan triste, pero ahora mismo estaba enojado y lo que mejor podía hacer es callarse.

Entonces el hombre ahí trató de dar un paso hasta Shoto pero este volvió a retroceder con mucho miedo, era el hombre que había dejado a mamá, a Mitsuki. No quería volver a ver su rostro por nada del mundo y ahí estaba justo en el bar donde trabajaba, ¿por qué tenía que encontrárselo de nuevo? ¿Por qué, a ese desgraciado que tanto daño le hizo? Quería salir corriendo, quería golpearlo, sólo de verlo recordaba las cosas malas que pasaron por su culpa y le daba mucha pena. Por culpa de ese mismo hombre Mitsuki estaba tan rota, tan perdida en el mundo sin nadie que la guíe, fue el hombre que más amaba, y también el que peor la hizo pasar.

-Tienes una orden de alejamiento, ¡voy a llamar a la policía si no te vas ahora! -gritó desesperado tratando de defenderse en algún tipo de barrera.

Le estaba dando mucha ansiedad esa situación, le tiritaban las piernas, sentía que iba a darle una crisis nerviosa.

-Chicos, ¿qué pasa? -preguntó el padre de Iida llegando a ver la escena con el ceño fruncido.

Los otros trabajadores estaban en la parte de atrás cambiándose de ropa para irse pronto, iban a cerrar, así que solamente un muchacho más lo acompañó a ver que ocurría.

-M-me quiero ir -pidió Shoto inmóvil.

Estaba pasando por un estado de shock y sentía que se iba a descontrolar pronto si no salía de ahí.

-Tenya, llévate a Shoto atrás, yo me encargo de él -ordenó el adulto apuntando al ebrio.

Iba a llevárselo acercándose a Todoroki, pero de la nada el mismo padre del afectado volvió a tratar de caminar hasta su "hijo" para acercársele.

-Hijo, perdóname, so-soy un imbé... ¡Hip! Soy un imbécil -se disculpó.

Era irónico, era como si eso fuese a reparar todo el daño que hizo. Por ello Shoto sin soportarlo más entró en pánico al verlo tratando de acercarse, y encima borracho, entonces empezó a llorar a la vez que corría con la poca velocidad que sus piernas le daban hasta la sala de atrás.

-¡Todoroki! -exclamó Tenya siguiéndolo y dejando solos a ambos adultos.

Una vez el más bajo entró en la sala se apoyó en una pared y cubriendo sus ojos siguió llorando, Iida no sabía que hacer, estaba preocupado, y no creía que serviría de mucho que haga algo ahora.

-¿Es Todoroki? ¿Qué ocurrió? -preguntó uno de los trabajadores presentes viéndolo con preocupación, los demás estaban igual.

No había respuesta, solo se veían sus lágrimas caer por sus pálidas mejillas sin parar llegando hasta el suelo, golpeándolo con fuerza. Le dolía mucho el corazón, no podía soportarlo.

-Ve a traerle agua y pañuelos -dijo una chica que se estaba terminando de quitar el delantal al que había hablado primero de ellos y este sin dudar fue en su búsqueda.

Al final Tenya bajó la mirada sintiéndose inútil, no podía ayudar porque era pésimo consolando, ¡más encima era la persona que le gustaba! No podía quedarse ahí nada más viéndolo sufrir.

Entonces el de lentes se armó de valor y acercándose un poco a él lo abrazó por sobre sus hombros haciendo sobresaltar un poco al más bajo, por un momento los sollozos pararon y Todoroki correspondió el abrazo con timidez, al menos pudo calmarse un poco gracias a aquella acción y lo agradecía mucho.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora