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-Cuéntame todo ahora y no te saltes ninguna parte, me voy a dar cuenta si mientes, Bakugou.

Se escuchó a un chico con una peculiar cicatriz debajo de su ojo izquierdo hacia su hermano, quien estaba tirado en el suelo siendo observado y escuchado por Shoto desde la cama, y era muy divertido porque la habitación era de Bakugou.

-No quiero, sal de aquí ahora -respondió Katsuki molesto.

Miraba hacia el techo con el ceño notablemente fruncido mientras no podía dejar de pensar en lo que ocurrió antes con Deku. Se sentía idiota y la había cagado en serio, ¿qué pasaría ahora? ¿Entonces vuelven a ser extraños? ¿Y si se lo topaba en los pasillos harán como que no se conocen? Y cada pregunta más que se formulaba lo hacia ponerse más ansioso e impotente.

-Si sigues pensando en ello todo el tiempo sin desahogarte vas a colapsar de nuevo -dijo esta vez serio el más maduro.

Miraba el rostro de su hermano algo preocupado, pues, Bakugou solo le explicó que hizo llorar a Deku pero nunca le mencionó ningún detalle, pero también mencionó que había golpeado a Asui.

-No vas a creerlo si te lo digo.

-Llevo años viviendo contigo y sé perfectamente si lo que dices es cierto o no, -se levantó de la cama con cuidado y se decidió por ir a sentarse al lado del rubio, quien solo ignoraba todas sus acciones-, no me subestimes.

-¿Y si lo hablamos otro día? Ahora en verdad no quiero.

El rubio se cubrió el rostro con el antebrazo y frunció los labios, su voz disminuía cada vez más y parecía un poco temblorosa.

A juzgar por su reacción Todoroki dedujo que estaba a punto de llorar y que quizás debería darle un momento a solas. La fragilidad de su hermano era notable aunque siempre demostraba lo contrario, vivía dentro de un caparazón que lo obligaba a ser malhumorado y distante. Shoto no quería obligarlo a hablar tampoco porque sabía que era difícil tratar con ello, así que optó por palmearle la pierna y se levantó con cuidado, se giró hasta la puerta dispuesto a salir de la habitación y posó su mano en la manilla, le dio una última mirada al chico algo triste mientras seguía en la misma posición, y con visible preocupación de todos modos salió de ahí.

Todoroki se quedó apoyado en la puerta sin saber que hacer realmente, creía que nunca había visto así a su hermano. Tal débil, tan triste, en serio, parecía un niño que se había caído en la vía pública y demostraba que nada había pasado cuando las heridas le provocaban mucho dolor mientras trataba de seguir su camino.

Algo que sí rompió verdaderamente su corazón fue oír un sollozo que provenía desde la habitación, fue tanta la sorpresa que no pudo evitar una lágrima que salió sin permiso. Se cubrió la boca y se fue a la cocina para tomar un poco de aire ya que había una gran ventana ahí. Necesitaba animar a su hermano, no hacer un ambiente más triste, no era momento de llorar ahora por él.

Por nada del mundo se quedaría sin hacer nada mientras su hermano se sentía devastado, quería ayudar, así que pensó en hacer lo que mejor sabe hacer: cocinar algo. Bakugou odiaba los dulces, lo tenía claro, así que hacer algo como un queque o una tarta no era buena idea. Mitsuki no estaba en casa aún porque seguía en el trabajo, así que no portaría con su ayuda.

Se le acababan las ideas, ¿y si preparaba una cena de puré? No podía acompañarlo con carne porque Kacchan odiaba la carne, quizás un puré con una tortilla de acelga, sí, eso sonaba bien.



>~<



-Tu no vuelves a darle consejos a Deku en tu vida, ¿me escuchaste bien? -habló una peliverde notablemente enojada en uno de los pasillos de la tercera planta hacia una castaña.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora