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-Siéntate aquí, ya vuelvo -ordenó Mina a una peliverde dentro de la enfermería.

La cabeza de Tsuyu estaba completamente en las nubes por esa chiquilla y solo tendía a obedecer lo que le decía.

Ashido fue en busca de la enfermera, quien estaba como siempre sentada en su escritorio escribiendo cosas en su computadora.

-Hola otra vez, estudiante Mina, ¿que la trae por aquí? -preguntó a adulta cuando la notó al frente suyo dejando de lado lo que estaba haciendo para prestarle atención.

-Bueno... Quería saber si me podría prestar la crema que utilizó con Kacchan para aliviar sus dolores... -dijo algo nerviosa mirándola a los ojos.

-¿Acaso estás herida también? -preguntó ella un poco preocupada.

-No, no, es que... -esto era difícil para ella-. Pude encontrar a Asui y la traje aquí para calmar donde recibió el impacto.

-¿Ella está aquí? -preguntó levantándose de su asiento sorprendida y Mina asintió-. Ella nunca ha venido aquí, nunca aunque se hiciera mucho daño. ¿Cómo lo has hecho?

-Bueno... Solo la tomé del brazo y la traje -explicó con toda la verdad que se sabía-. Le pedí si me prestaba la crema para ayudarla yo a curarse un poco, porque sería raro que usted la atienda por lo que nos conversó a Kacchan y a mi hace unos momentos.

La enfermera pareció dudar un poco por ello, pero ya sin darle más vueltas caminó hasta el mueble donde se hallaba la crema y se la entregó sonriéndole triste.

-Cuídala por mi.

Fue lo último que se decidió a decir la enfermera antes de darle una última mirada a la chica.

Mina le devolvió el gesto y se dio vuelta para volver donde Tsuyu. Ella seguía sentada mirando a la nada con su cara de seriedad, pero cuando vio a Ashido nuevamente los colores volvieron a aparecer en su rostro.

-Perdón por tardar, aquí tengo un poco de esta crema -se disculpó la pelirrosa algo nerviosa.

Mina abrió el pocillo y untó un poco de el contenido en dos dedos de su mano derecha. Se acercó a ver el rostro de la chica y lo puso con cuidado sobre la zona de la nariz haciendo círculos suaves para esparcir todo el producto.

"Me está tocando de nuevo..."

La más alta miraba con detención los ojos tan vivos de Ashido, le gustaban mucho, sentía que eran dignos de apreciar. Luego siguió por sus mejillas, se veían tan suaves y redonditas que le dieron ganas de apretarlas. Y su nariz tan pequeña y adorable, esa chica simplemente era tan hermosa a ojos de Asui, no pudo apartar su vista de ella una vez la atrapó.

-Agh -se quejó Asui haciendo una pequeña mueca de dolor a sentir el tacto de la pelirrosa en el centro de la zona herida.

Mina por aquel movimiento repentino retiró su mano algo asustada, no quiso ser tan brusca y dio todo de sí para ser suave.

-Lo siento, ¿duele mucho? -preguntó viéndola a los ojos, a lo que rápidamente Asui desvió su mirada de ella.

Su mejilla dolía mucho, pero no iba a demostrarlo, obvio, su ego no se lo permitía tampoco.

-No -respondió fría.

Había vuelto a su rostro serio dejando con una sensación de culpa a Ashido, pensó que la peliverde quizás estaba irritada por la situación y era lo que menos quería, pero no era así en lo absoluto.

"¿Por qué está tan interesada en mi herida?"

Tsuyu no quería mostrarse débil ante ella, claro estaba, quería acercarse a ella aunque se le hacía difícil porque no era buena coqueteando o atrayendo gente. Aún no entendía como sus amigos la soportaban por ello pero no le importaba mucho.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora