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Un muchacho de muy mal humor se removía en la camilla de la enfermería con intenciones de levantarse e irse de ahí, pero su cabeza daba vueltas y tenía algo de frío, quería irse a su casa ya que el sol pronto empezaría a esconderse. Recuerda haber peleado con un tipo luego de la conversación sinsentido con Camie y luego que en su sala se desmayó frente a sus amigos.

Estaba inquieto y quería salir ya, pero luego notó que había algo que le impedía sacarse la frazada de encima. Nadie más que su hermano estaba dormido encima de sus brazos cruzados y aplastando con ellos parte de la frazada. Tenía unas ojeras terribles debajo se sus ojos y sus labios estaban muy secos, su respiración era tan tranquila y pacífica que de alguna forma se arrepintió de haberse movido tan bruscamente en la camilla, pudo haberlo despertado de mala forma y eso lo habría hecho sentir muy culpable.

Todas las semanas Shoto pasaba del instituto al café de Inko y luego se iba al trabajo, haciéndolo llegar súper tarde, en pocas horas debía despertar e irse de nuevo al instituto y así todos los días. ¿Tan perseverante era? Parecía que su cuerpo no se acostumbraba bien a ese maltrato, realmente Todoroki era muy delgado y comía muy poco en su día a día.

Quiso pensar que tal vez fue bueno que se haya desmayado porque al menos está teniendo una siesta de su agotadora rutina. No quería despertarlo, pero tenía mucha hambre y se sentía muy débil. Pensó que tampoco podría tomar el autobús hasta su casa, pero haría un esfuerzo, sólo quería llegar a casa y dormir.

-No... No te vayas... -habló Shoto sacando a su hermano se sus pensamientos.

-¿Shoto?, ¿estás despierto? -preguntó Katsuki.

Lo trató de despertar agitándolo un poco, pero no hubo respuesta, seguía ahí dormido mientras balbuceaba cosas raras.

-No me dejes sólo... ¡No me dejes!

-¡Shoto!

Bakugou lo tomó por los brazos y lo zamarreó al punto de levantarlo de esa posición y se topó con su mirada asustada y en alerta.

Respiraba agitado pero pudo controlarlo mientras relajaba su rostro para no provocar dudas en su hermano, pero ya era tarde para eso.

"Otra vez ese maldito sueño... Me pudre."

-L-lo siento, Bakugou, me dormí -se disculpó y se levantó de la silla en la que estaba sentado.

Todoroki volvió a su semblante normal y le estiró el pastelito que le había arrancado a Kirishima de las manos.

-Te lo compró Midoriya porque tuviste una baja de presión y azúcar -dijo el mayor sin mirarlo-, ahora cómelo y vamos a casa cuando te sientas mejor, voy a llamar un taxi.

"¿El brócoli? Vaya, ese enano tan raro."

-¿Estás sonriendo? -preguntó el de cabello bicolor frunciendo el ceño.

Es que Katsuki estaba mirando el envoltorio en sus manos mientras alzaba la comisura de sus labios, ¿qué le pasaba?

-Que chucha, no -respondió de mala forma como siempre hacía.

Y abrió el paquete con enojo para empezar a comerlo de una forma algo... Animal, moriría de hambre si seguía viéndolo.

"¿Por qué sonreí? Me doy asco, esto no es nada. Es solo un regalo de parte de un estúpido niño enamorado y ciego, porque el amor no existe. Deja de comportarte como un niño que creía en los cuentos de príncipes y princesas."

Ahora estaba todo en completo silencio como cada día entre ellos, nadie hablaba, nadie se miraba, nada. No había ni una pizca de cercanía en ellos, eran como dos completos extraños.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora