99

4.7K 410 559
                                    

Después de un rato el aura en la habitación del hospital se relajó bastante ya que Izuku incentivó a la rubia a hablar, le había preguntado sobre qué cosas hacía en el local de Inko y ella muy contenta explicó.

-...Sí, también le he ayudado a hacer unas tortas, tan solo le facilitaba los ingredientes porque todo tiene su forma de mezclar -explicó mirando al pecoso con un rostro realmente animado, tanto que lo contagiaba a él también y a Katsuki un poco.

-Inko en serio es buena en la cocina -Izuku estaba igual de metido en la conversación-, desde muy joven empezó a trabajar en una pastelería y por lo mismo cumplió su sueño de tener una cafetería, adora el café también -relató mirando a Mitsuki con una sonrisa.

Se le llenaba el pecho de orgullo al hablar de su madre, ella era una mujer tan esforzada, tan de familia.

-Sí, Inko es talentosa, y estoy muy agradecida de que me haya dado un puesto en su local -confesó bajando un poco la mirada tímida mientras entrelazaba sus manos.

Iban a seguir conversando pero su teléfono empezó a sonar y se imaginaba quien podría ser, así que sacó su teléfono y de inmediato contestó.

'Mamá, estoy abajo esperando con Iida.' Dijo Todoroki a través del teléfono.

-Voy en seguida -respondió y se levantó del asiento a la vez que volvía a guardar el aparato en su bolsa-. Ya me voy, pequeños, cuídense mucho.

Se despidió la mujer mirándolos a ambos con una sonrisa y empezó a caminar hacia la salida.

-Que le vaya bien -dijo Izuku devolviéndole la expresión de forma amigable, había sido muy agradable conversar con ella aún sabiendo que ellos eran suegra y yerno.

-Mamá.

Bakugou llamó a su madre dejándola tiesa de la sopresa, ya iban varias varías veces que se refería hacia ella de esa forma, iba cada vez avanzando más.

-¿Pasa algo? -preguntó la mujer volteándose a verlo pacíficamente mientras esos ojos ajenos no la miraban.

-Gracias por haber venido -dijo con el ceño fruncido, y la voz rasposa e irritada, realmente no demostraba para nada sus sentimientos con lo que estaba diciendo-. No pensé que fueras a volver.

-Prometí que no voy a volver a dejar a mis hijos solos en la vida -respondió de inmediato con una mirada algo triste para luego ladear una sonrisa-. Adiós.

Y se fue de forma definitiva dejando a Bakugou nuevamente con esa molestia en su pecho, poco a poco quería volver a esa cercanía con la adulta, ya no quería que su familia sufra, no quería que nadie de sus seres queridos lo haga.

Midoriya sin poder evitarlo soltó una risita algo cautivadora por lo que había pasado, estaba tan orgulloso del rubio que fue inevitable.

-Ah, ¿acaso conté un chiste? -preguntó malhumorado como siempre mientras se giraba a verlo.

-No -aclaró de inmediato-, es que estoy feliz de que te lleves mejor con tu mamá -respondió sin dejar que ese comentario enojado lo afecte, su sentir era más fuerte ahora.

Bakugou se sonrojó de sobremanera sin poder ocultarlo, después de todo el peliverde lo estaba mirando y mover su rostro a un lado no disimulaba nada, tan solo se quedó son la vista en el frente y algo desenfocada.

fuck me, daddy [katsudeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora